SUPLEMENTO
DE REALIDADES Y FICCIONES
Nº 55 – Diciembre
de 2012 – Año III
ISSN 2250-5385
Inscripción
gratuita como LECTOR
si escribe
a zab_he@hotmail.com
indicando nombre
y apellido, ciudad y país
(se le avisará
cada nuevo número trimestral).
Sumario:
• Maruja VIEIRA (Colombia)
• Adriano CORRALES ARIAS (Costa
Rica)
• Anahí DUZEVICH BEZOZ (Argentina)
• Luis Ángel MARÍN IBÁÑEZ (España)
• Mainak ADAK (India)
• Andrés FORNELLS FAYOS (España)
• Noelia Natalia BARCHUK (Argentina)
• Mercedes DAZA GARCÍA (España)
• Marcos Rodrigo RAMOS (Argentina)
• Josep Esteve RICO SOGORB (España)
MARUJA
VIEIRA
Nacida en Manizales,
Colombia, el 25 de diciembre de 1922.
Académica de la Lengua , Numeraria en
Colombia y correspondiente Hispanoamericana de la Real Academia Española.
Poeta, periodista y catedrática, ha publicado quince libros de poesía.
Su poesía ha sido
traducida al inglés, francés, alemán, griego, húngaro y gallego.
Su obra:
• Campanario de lluvia. Bogotá, 1947. Editorial Iqueima.
• Los poemas de enero. Bogotá, 1951. Editorial Iqueima.
• Poesía. Medellín, 1951 Jorge Montoya Toro, Editor.
• Palabras de la ausencia. Manizales, 1953. Editorial Zapata.
• Clave mínima. Manizales, 1965. Biblioteca de Autores Caldenses.
• Mis propias palabras. Manizales, 1986, Biblioteca de Autores
Caldenses.
• Tiempo de vivir. Bogotá, 1992. Ediciones Universidad Central.
• Campanario de lluvia. Edición Conmemorativa. Manizales, 1997.
Instituto Caldense De Cultura.
• Sombra del amor. Roldanillo, 1998. Ediciones Embalaje, Museo Rayo.
• Los nombres de la ausencia. Bogotá, 2006. Ediciones San Librario.
• Todo lo que era mío. Bogotá, 2008. Colección “Un Libro por
Centavos”, Universidad Externado De Colombia.
• Rompecabezas. Bogotá, 2010. Colección “Viernes De Poesía”.
Universidad Nacional De Colombia.
• Tiempo de la memoria. Ibagué, 2010. Colección ’50 Poetas
Colombianos’.
LOS 85
de Maruja Vieira ©
A los 85 estamos
descaradamente vivos.
Se supone que los que
nos aman deben saber
que caminar ya no es la
alegría de antes,
a menos que sea al sol
y sobre la hierba.
Se supone que deben
saber
que nuestras noches son
demasiado largas,
porque tenemos que
acostarnos muy temprano
y hay muchas cosas que
ya no podemos hacer
porque nos cansamos.
Pero seguimos
descaradamente vivos
y no son nuestros ojos,
es la luz la que se
debilita cuando queremos leer
y no son nuestros
oídos,
es la voz de los otros
la que ya no tiene sonido.
Son las calles las que
se han vuelto
demasiado largas y las
escaleras demasiado altas.
Pero seguimos
descaradamente vivos
y algunos afortunados
tenemos
una ventana por donde
entra el sol de la tarde
y una voz muy amada que
nos llama.
HAITÍ
de Maruja Vieira ©
(inédito)
Es cierto que las casas
desaparecieron,
pero quedó el mar.
¿Por qué no llora?
Quedaron las palmeras,
el horizonte, el cielo.
¿para qué sirven?
Los ríos ¿siguen
queriendo cantar
entre las piedras?
El viento gime
en los cañaverales
por donde van las almas
de los muertos.
Los árboles esconden
sus maderas.
Tienen miedo
del hombre que los
tala.
Los niños tienen
hambre,
pero vuelven.
Ahora son menos,
quieren volver a jugar,
hacen muñecas y balones
con lo que encuentran.
Y cantan.
Las montañas, las rocas
también están allí,
pero guardan
un inverosímil
silencio.
Están inmóviles
como nosotros,
que no hacemos nada
mientras Haití se
muere.
FRIDA CUMPLE CIEN AÑOS
(6 de julio 2007)
de Maruja Vieira ©
En la Casa Azul de Coyoacán
están los zapatos
gigantescos
de Diego Rivera;
hay montones de faldas,
collares, cintas,
los terribles corsés
metálicos.
y Fridas, muchas
Fridas,
que no necesitan de los
pies
para bailar en el aire.
Esta noche
hay fiesta en la Casa Azul.
En otra casa
de una calle cercana,
una sombra delgada,
se asoma a la ventana.
Es alguien
que cuando estaba vivo
conmovía las montañas.
Se llamaba León Trotsky
y dicen que la amaba…
¡Frida, feliz
cumpleaños!
RAYUELA
de Maruja Vieira ©
En memoria de Ignacio Ramírez, el
Cronopio Mayor
Hoy necesito dibujar
una rayuela
en alguna parte.
No puedo hacerlo en la Rue Martel
de París,
que estará llena de
cronopios,
famas y conejitos
con flores amarillas
en las orejas.
Tengo que dibujarla
aquí,
con los bigotes de mi
gata
reflejados en un
espejo.
Al otro lado del espejo
me encontraré contigo,
Ignacio.
Y jugaremos a la
rayuela
con la seguridad de
llegar al cielo.
ADRIANO CORRALES ARIAS
Nació en San Carlos,
Costa Rica, 1958. Profesor e investigador del Instituto Tecnológico de Costa
Rica donde dirige la revista Fronteras y el Encuentro Internacional de
Escritores. Ha sido antologador de poesía y narrativa costarricense y
centroamericana y ha participado en múltiples festivales y encuentros de
escritores nacionales e internacionales. También escribe teatro y ensayo y
colabora con varias publicaciones nacionales y latinoamericanas.
Ha publicado: Tranvía Negro (Poesía, Ediciones
Alambique, San José, 1995; Ediciones Perro Azul, San José, 1999); Los ojos del Antifaz (Novela, Ediciones
Perro Azul, San José, 1999; Ediciones Piel de Leopardo, Buenos Aires,
Argentina, 2001; EUNED, San José, 2007); La
suerte del Andariego (Poesía, Ediciones Perro Azul, San José, 1999); Hacha Encendida (Ediciones El Pez
Soluble, Caracas, Venezuela, 2000); Profesión
u Oficio (Poesía, Ediciones Andrómeda, San José, 2002); Caza del Poeta (Poesía, Ediciones
Andrómeda, San José, 2004); El jabalí de
la media luna (Cuento, Ediciones Arboleda, San José, 2005), Balalaika en clave de son (Novela,
Editorial Costa Rica, San José, 2006) y San
José varia (poesía, 2009).
Como compilador ha
publicado Poesía de fin de siglo.
Antología de poesía nicaragüense y costarricense (Ediciones Perro Azul, San
José, 2000); y Sostener la palabra.
Antología de poesía costarricense contemporánea (Ediciones Arboleda, 2007).
En ensayo publicó Teatro, comunidad,
liberación e interculturalidad. (Ediciones Arboleda 2011).
I
de Adriano Corrales Arias ©
Entre
el mar y la montaña
la
memoria
Entre
la montaña y el mar
el
olvido
Entre
la mar y el monte
este
silbido
(Del libro Tranvía Negro,
Ediciones Alambique, 1995)
CARTA A LA ESPOSA
de Adriano Corrales Arias ©
hablame
como siempre / decí
que me
querés / ¿soy en tu vida
remordimiento?
Juan
Gelman
Estoy sentadito en un banco de niebla
pensándote conversándote extraviado
conversándome pensándome cautivo
……………………separado de vos por la lluvia
el enjambre de cipreses
……………………………la punzada de la tarde
aquí reinventándome la fantasmagoría de las
palabras
la magia del trance vértebra tras vértebra
en la piel de la herida perpetua la posibilidad del
vuelo
………………………pajarito / machete
que volás con mi muerte alrededor de la mesa
al acorde de las horas
intento un gesto para tu cabello de lentejuelas
………………………rostro de cristal azul
para tu voz adormecida en el teléfono
intento un desabroche del duelo en la cintura de
tus ángeles
espuelita de mango en la noche de gangoche
………………………para patrullar mis cementerios
intento pero retrocedo intento en el mangle de tu
deseo
litoral encrespado por el temporal de tu vientre
ola que rueda y muere y rueda por todo el universo
espera la luz del encuentro en el fragor de los
cuerpos
dentro de tu sexo de astros empapado por la semilla
de polvo
………………………la nieve amarilla del tiempo
retrocedo pero intento retrocedo cisne calcinado en
los abetos
canto de rosario de reyes destronados estrella del
sur palma venus
cascada de más estrellas astros estrellas que
persigo
para descubrir nuestro pesebre sin mulas ni bueyes
sino musgo hierba seca
……………………….ciudad fragmentada de los diciembres
rehuyo entonces pero peleo rehuyo
empapelo las paredes con estos ideogramas
parpadeos gritos contraespalda caballo desbocado
en tu falda salto lanza salto
……………………………………..caigo
viacrucis de luciérnagas vasos botellas velas
apagándose
……………………….cristus rotos
vírgenes guardadas en anaqueles con azafrán de
medianoche
olor a azufre sudor hierbabuena pasos en la otra
habitación de arena
……………………….golpeo finta golpeo finta
……………………………….paredes de humo
……………………………….puertas de avena
golpea bajo golpean arriba golpeamos en el centro
………………………sombras en la caverna me llevan
……………………………….……………………….caigo
……………………………….……………………….caigo
……………………………….……………………….caigo
…………………………………….……………………….caído
mi descanso es una camilla sin descanso una camilla
de niebla
no descanso los miércoles ni los sábados
tu santo es mi santo grial mirasol en el portal en
el oratorio
en el altar de flores papel crepé con su mantelito
de gamuza
mirame como rezo en tus rodillas me poso nuevamente
en tus pechos
beso tus manos tus ventanas tus pies beso todo tu
cuerpo
………………………lo beso en la noche del milagro
paseo por tu jardín de alucinaciones con riesgo me
incendio
paseo pero el milagro no sucede
………………………sucedo fuego transparente interno externo
………………………no me digás que sos arrepentimiento
decíme que me querés pero no en tus secretos
en tus viajes de notas muertas en tus cadáveres
no por teléfono decíme que me querés
como en aquél pueblo donde ahora dibujo incinero
manoteo
detallo una vez más tus pechos tus volteretas en la
almohada del silencio
para no despertar a la niña que llevabas por dentro
………………………dormida a nuestro lado
decímelo suavemente ………………………¿tenés remordimiento?
para ser como soy palabra de mis palabras
aguacero del recuerdo pasadizo de lo venidero
fantasma de tus desvelos ………………………¿no me lo decís?
por construirme un hogar de palo en la selva de mis
quimeras
un tálamo de viento en los devaneos del verso
almohadones de chocolate sábanas de menta
con tu nena en el escaparate o en la mesa del
domingo
con mi desayuno a cuestas ………………………¿no me lo decís?
no me digás qué somos: ¿remordimiento?
sino qué seremos en esta avenida de ausencias
………………………palomita de mi tristeza más oblicua
………………………aguatera de mis fiestas de ceniza
qué seremos si esto somos: remordido remordimiento
abríme con tus decires para poder contarte mis
insomnios
caminatas por la hierba
………………………ronda en la madrugada de tus ecos
abríme con tu abrealmas para contarte más de cerca
cómo me caigo por dentro y peleo intento rehuyo
peleo
pellizcando las noches para no recibir más que
miradas
………………………soliloquios de mi sangre donde me vierto
cerrame pues para no abrirte mis senderos de
incienso
alumbrados apenas por tus ojos tus dedos de lucero
cerrame partera del barro poneme unos barrotes
………………………pero decíme cómo seremos
si no me decís que me querés qué soy en tu vida
¿algo más que remordimiento? ………………………¿algo más?
cerrame pues como la madrugada que gotea golpea
se planta en mi acecho por los pasillos de las
serpientes
………………………cerrame / abríme - abríme / cerrame
curame con tus hierbas poné tu imagen sagrada al
sol a orar por nosotros
por nuestros pecados nuestras dudas nuestras deudas
………………………abríme / cerrame - cerrame / abríme
para que navegués mis páginas retrocesos en letras
negras
perfumes malogrados café que no se asienta
vení a esta hoguera de febrero vení tomá mis manos
maestrita
consolame con el desconsuelo que no consuela
saboreá estas lágrimas cuchillos apagados en la
distancia
apagame / encendeme / apagame / encendeme
decíme que no me querés que me querés que no
que yo soy otro ……………………………………el otro
alguien que imagina tu vuelo los martes o los
jueves
tus figurillas de arcilla en la casa sin paredes
las cariátides del último pabellón que no
conoceremos
el piso de candela la escalera en flor el cielo en
duermevela
decíme con tus dedos de agua apagame en este
incendio oceánico
apagame o encendeme o apagame con tus guerreros del
viento
pero decíme si hemos sido somos seremos
arrepentimiento
con tus manos tus sueños con tus cantos tus
anzuelos
porque me ahogo me esfumo porque me quemo
………………………………………………………decíme
(Del libro Profesión u Oficio, Ediciones Andrómeda, 2002)
CARTA AL HIJO
de Adriano Corrales Arias ©
Sería difícil escribir esta carta sin evitar las
justificaciones
digresiones de caída y vela hinchada hacia el
poniente
en el fósforo del Báltico un amanecer de lluvia y
lágrimas
con el rostro frente a las paredes blancas de un
hospital invernadero
¿Será difícil inventariar las lunas los cruces de
esquina
los caballos estivales galopando a ambos lados del
transiberiano
las noches de vodka alrededor de la ausencia sin
tus pasos?
Será duro el batallar de los acontecimientos
las visas los pasaportes los aeropuertos los
desencuentros
las callosidades del alma la inutilidad de los
abrazos
Será difícil anotar que he desvivido bebido huido
hacia los agujeros del tiempo en la marcha de las
palabras
Más difícil aún revisar imágenes de un país
imaginario
las bombas que caen en el Chorrillo sobre San
Miguelito la luna
el desfile de gorilas amarillos desatando el istmo
con su fuego homicida
sus fauces hediondas alimañas de carnicería
y vos bajo la telaraña de la cama en la habitación
del miedo
asustado y sorprendido sin comprender por qué el
imperialismo
los capitales la banda neoliberal los lameculos
tropicales
la horda de paisanos como perfectos chacales
el paréntesis de este centro planetario atiborrado
de compañías
comerciantes del reino usureros serruchadores de
tus sueños
mis sueños de una sola patria matria nuestros
sueños
los de tu madre con los muñecones del teatrillo
callejero
por las selvas del Darién o en el Archipiélago
donde las embarcaciones
llevan traen los cuentos de los fundadores
elementales
los soles de la palma el brillo soberbio de las
pieles
trasiegan el pasado contra el futuro en un eterno
presente
Es difícil ocultarse hijo muy difícil
escribir todo esto sin que me tiemblen las manos
y un rumor de cadenas crepitaciones inexpresables
naveguen por dentro como una estampida de bisontes
guerrilleros
y la mirada se nos pueble de nubes en el olvido de
nuestros nombres
Harto difícil esta tarea de acercarte a mi otro yo
el de los ojos del antifaz con la suerte del
andariego
en un tranvía negro que siempre retorna y retorna
con las hilachas nocturnas de los murciélagos
siemprevivo siempreamargo cautiverio de las páginas
que se humedecen
como las lapidas con el rocío de los cementerios
o las bestias que huyen perseguidas por el
amazónico incendio
Me es muy difícil decirte hijo decírtelo sin
faltarle al recuerdo
que yo también me caigo me lluevo me abro me cierro
me ablando me tiemblo me tenso con los látigos los
templos
del primer indicio la mediada caricia el último
vuelo
para decirte así sencillamente hijo sin literatura
así al puro aire que todos somos viajantes y que
por eso
y a pesar de todo lo que transcurre bajo el poema
a pesar de todo lo que muero te escribo y te quiero
(Del libro Profesión u Oficio, Ediciones Andrómeda, 2002)
CASI-DA A FEDERICO GARCÍA LORCA
de Adriano Corrales Arias ©
Nuestras ciudades enloquecieron con sus guadañas
el humo asfixia a los maricas los peones las
pitonisas
los rascacielos los callejones la caravana de
gitanos
en el éxodo de los incendios la Danza de la Muerte
con sus harapos sus cadenas su retorcerse
alrededor de este siglo que también se nos muere
por las horas graves de esta tarde en que subís vos
Federico ángel toreador de las estrellas los
enjambres
Siempre vos subís por las cinco sangres de la tarde
con Antoñito el Camborio e Ignacio
con el rey de Harlem y el Viejo de las hierbas del
Hudson
con una comparsa de negros en búsqueda de su Habana
para verte
Subís y bajás y subís por las cinco sangres de
todas las tardes
como un son de la murga en la guitarra más ancha y
profunda
pletórico de romances saetas valses con tu luna de
plata
tu barca amarrada al alma tu caballo anclado en el
Alhambra
el puñal abierto y las cartas lanzadas a las
esquinas de los amantes
Tras de vos vienen los fusiladores con sus capas de
tinta y cera
y todos los que te han matado y te matan sin
matarte
pero también vienen Margarita Antonio Pablo Luis
Vicente
y los demás poetas con sus cantos y sus olivares de
trashumante
Subís hacha de luz con todas las muertes a cuestas
encendido en el baile de máscaras con las páginas
abiertas
como las flores en el instante de la primavera
Subís con nosotros en la hora ciega de los
alacranes
con todo tu amor en nuestra rabia y en nuestros
pesares
para iluminarnos y limpiar el óxido de los altares
la rancia costura de los maestros los empleados los
generales
Subís toro torero por este cementerio de plantas y
pañales
con tu fuego perpetuo de lluvia para apagar las
academias
los anuncios las lámparas de la fama las camas
vacías los pedestales
Subís y subís con tu alta raíz de sombras y
jaguares
hasta este nombrarte nombrándome en la apuesta más
lúcida
de los guernicas las plazas los bosques los labios
más lunares
subís y nos subís por la garganta como una
procesión fresca de animales
para regresar a la humedad de los collares en el
lomo del tiempo
y arrear la bandera negra de tu Andalucía para izar
la nuestra
esta funda de sortilegios en la concavidad de todas
todas las sangres
(Del libro Profesión u Oficio, Ediciones Andrómeda, 2002)
ANAHÍ DUZEVICH BEZOZ
Poeta y narradora. Nació
y reside en Cañada de Gómez, Provincia de Santa Fe, Argentina. Fue integrante
del taller literario Cora Cané hasta el año 2007. Participó en la edición de la
revista literaria “La
Ciudad Distante ” y en varias exposiciones de poemas
ilustrados.
Sus trabajos figuran en
diversas antologías del país y del extranjero. Su primer libro de poesías, Huésped del Tiempo, cuya edición que
ganó como primer premio, fue presentado en la Feria del Libro 2008 en Buenos Aires. Actualmente
escribe en varios blogs de literatura y forma parte de la agrupación literaria
“Grupo Alternativa”.
Integrante de REMES y
de diversas entidades literarias, es colaboradora voluntaria en el plan “Santa
Fe Lee y Crece”. Fue también co-secretaria de la Sociedad Argentina
de Artes, Letras y Ciencias (SALAC) en Cañada de Gómez.
Obtuvo
numerosos premios y distinciones tanto en poesía como en narrativa, en diversos
certámenes nacionales e internacionales.
VOLVER A MIRAR
de Anahí Duzevich Bezoz ©
“…al
otro, ese otro que en aquel momento,
o
ya para siempre, es todo nosotros.”
Marcel
Proust
Es un goce aventurarse al día
y volver a mirar las cosas cotidianas
es rutinario enjabonarse el cuerpo
con los ojos entornados en la ducha
y regresar fémina vestida de sonrisa
sin sombrero
ni traje
ni corbata
y apreciar el cuerpo
sin que nadie vea el alma
sin que nadie sepa
cómo el agua
asomada a mí silencio
me susurra perdones.
LUIS ÁNGEL
MARÍN IBÁÑEZ
Nació en Zaragoza en
1952. Reside en Santa Cruz de la
Palma (Tenerife), España. Licenciado en Filosofía y Letras
por su ciudad natal, poeta de vocación tardía comienza a escribir en 1998, su
primer poemario Romances del Alma, el cultural ABC lo define en estos
términos “en estos versos Luis Ángel Marín se erige como el creador por
antonomasia, crea y recrea, su universo poético se fragua como acontecimiento
único, detiene el Tiempo en caracolas de agua”. Su segundo poemario Concierto de las horas pensativas por
su originalidad y gran calidad fue presentado en el Ateneo de Madrid, invitado
por el círculo cultural del mismo; en él funde la razón, el ensueño y el
delirio –realismo, surrealismo y creacionismo– en un crisol que denomina
Integracionismo a través de una técnica ultraísta, donde el simbolismo asimismo
es un elemento fundamental. El tercer libro Los
atabales del Silencio es un doble poemario, la primera parte “Del Silencio
a la música” mantiene el proceso de integración con el Silencio y la música
como elementos fundamentales, mientras que en el segundo “En la frontera de lo
no visible”, hay una unidad en su conjunto de corte existencialista, y su
expresividad es más sobria, más lacónica. El poemario El imperio del Haiku, está presidido por el simbolismo y el
intelecto. Epifanía de las altas
pertenencias y sonetos del hechizo incandescente es un doble poemario,
donde el misticismo queda perfectamente definido. TRIVIUM es un poemario con tres conceptos de escritura y “ignos de un océano legislador, el canto
más definitorio del Integracionismo. Ha sido ganador del premio de poesía
“Platero” de la
Organización de Naciones Unidas 2006, al libro en español,
con el poemario Fragmentos de un mar que
no es azul, Premio Association Internationale “La Porte des Poètes” de Paris.
Premio “Camino Literario “2008”
de la editorial Novelarte en Argentina. Premio Latin Hervitage Foundation de
Estados Unidos. Premio del Instituto Cultural Latinoamericano de Buenos Aires.
Premio Centro de Escritores Nacionales de Argentina. Integrante de varias antologías
de la lengua española.
RAPSODIA DEL BLANCO
SILENCIO
(en dos actos)
de Luis Ángel Marín
Ibáñez
I
La intimidad se siente dilatada…………………………………………………
por la imprudencia de unos fondos
–ENNEGRECIDOS–
……………………………………………………..haciendo girar
la Soledad
sobre vinos olorosos
Y los capiteles acusatorios
desdoblan sus transparencias…………………………………………………
abriendo las cañadas
………………………………………………….a los cuchillos
del abismo
Las campanas han perdido……………..……....En
los mayorazgos
sus anillos nupciales………….……rezuman
brunos estandartes
Hay tantas fosilizaciones
que es imposible….………………………………………..
ver los blasones
…………………………………………...de aquellos limos
donde titilaba el oro
AUSCULTANTE
del sentir capitalicio
Y todo galopa………………………………………………..
hacia un tránsito
………………………………………………………..cifrado
con guirnaldas virginales
que son soporte y evidencia
DE UNAS TORRES SIN VELETA
II
En las explanadas de los relojes………………………………………
emergen migraciones………………………………………..
……………………………………….trenzando las
siringas aluviales
…………………………………………de los aceites
prisioneros
que jamás dejaron de penetrar
EN EL ADVIENTO
de los aceites prisioneros
Las duermevelas vuelan
de cruz ………………..……..en ………………….………cruz
en busca………………………………………
del descenso
……………………………………….capitular
como si fuesen una bandada
DE GAVIOTAS
en flor
La neblina es tan espesa
que no deja a los espejos
PREGONAR EL EVANGELIO
Y todos los orígenes………………………………………………………….
parecen inmolarse……………
……………………………..bajo un desorden
……………………………………………………………………inescrutable
Con la noche huyendo
A SU OTRA EDAD
conllevando los tributos constelados
bajo el crisol de la adivinación
MAINAK ADAK
Reside en Kotalpur
(Hooghly, Bengala Occidental), India. Nació el 17 diciembre de 1984. Master en
ingles por la Universidad
de Burdwan, Delf B2 en francés por la Alianza Francesa
y Delf B1 en español.
Se desempeña como
profesor de español y francés, y traductor e intérprete en Calcuta. También colabora
en revistas literarias de esa ciudad como “Kabita Pakshik”, “Tathyakendra” y
“Kabita Simanta”.
Ha participado en el
concurso de traducción de poemas del bengalí al inglés de la Sahitya Akademi
(2008), en el de poemas en francés de la Alianza Francesa
de Calcuta (2008) y en el “Pluma de oro” (2009). Ha recibido dos veces el
Premio de Escritores Jóvenes (2010 y 2011).
CELESTE
de Mainak Adak
©
Todos mis afectos se colman y se caen del muro
de palabras.
Vuelan las hojas de sueños rotos en mi sendero.
La palabra se encuentra cual amada silenciosa,
El amor guarda la vida última.
Se extiende la amistad, mi afecto
se escapa del mediodía.
Juega con la luna. No olvida las estrellas.
Puedo sentir el avance con las pías palmas.
No necesita más ayuda mía.
No iré a ninguna parte para evitar
la fanfarria por la victoria de guerra.
Los afectos me guardan con todos sus cariños.
El sonido de la explosión no puede tocar mi pecho.
Toca la música del amanecer por la medianoche.
El cielo está lleno de rayos soleados.
¿Hay alguien que no puede alejarse en la sala,
en imaginación con este afecto?
Antes de extinguirme,
me hago celeste por el amor arenoso.
LARGO POEMA
de Mainak Adak ©
Para escribir un largo poema
me siento con pluma, tinta y papel vacío.
El pájaro perdido se queda en la oscura ventana.
Al lado, por la autopista va un camión,
gime como un enfermo sufriente.
Pienso por donde empezaré: por la relatividad de la luna
o por el templo de mamá.
A la respuesta de coloridas llamadas,
veo que del Paraíso se vienen a mi lado
mi abuelo, abuela, mis padres, tías, primos y
Paloma…
Ellos despliegan palmas de flores sobre mi pluma.
Paloma pone la canción bohemia del mar en el papel
Se moja mi pluma como por encanto
No puedo escribir en el papel…
Como la erupción de Vulcano se duerme.
Mi largo poema ha vuelto al sueño después del titubeo.
CARNAVAL EN DESARROLLO
de Mainak Adak ©
Nadie escucha tu voz,
excepto esta oscuridad.
Yo que soy parecido a ti en este compromiso.
Tú que te has hundido, pintas las alas negras
del pájaro dorado:
¡Como hace el tiempo loco en silencio!
¿Hasta qué distancia mantienes tu silencio así?
Como eres creativa,
el carnaval comenzará en cualquier momento
en tu horizonte.
Eres tan grande como un bosque de pinos.
¿Como puedes evitar el desarrollo del amor?
¿De qué manera?
TERRAZA
de Mainak Adak ©
La
muerte fragrante juega con ladrillos y muebles rotos
en
el escenario.
Y
la rápida civilización toca el mediodía
pero
se duele por él.
Susurran
el monólogo, el epílogo y las bromas de los personajes.
El
cuervo se sienta en los cables de alta tensión.
Y
el pájaro prohibido grita debajo de la casa destruida.
La
canción se acaba.
El
drama acaba por esta noche.
Te
he esperado. Después del viaje, he vuelto
de
las páginas de la Historia.
El
pasado, el presente y el futuro se han reunido
a
la respuesta de mi llamada.
Solo
no te levantes de la oscuridad, del descanso profundo.
Ni
siquiera has venido a la terraza de mi poema.
¿TE HAS ALEJADO TAN LEJANO?
de Mainak Adak ©
La
sabiduría del verde afecto se acuesta
debajo
de la vieja duda amarilla.
Para
hacerle levantar, ya dejo la vida alegre
y
vengo a la barca con el bastón bello y fuerte.
Al
amor, quiero ser despierto,
cual
me dedico al mar profundo del poema.
Te
he enviado la llamada tormentosa
para
quererte por completo después de salvarte
tan
desordenadamente.
¿Pero
cómo es este amor tuyo
que
te has alejado tan lejos después de llamarme a tu corazón?
ANDRÉS FORNELLS FAYOS
Español con vocación de
trotamundos. Profesor de idiomas, intérprete, guía turístico, restaurador, etc.
Le han publicado relatos cortos en Estados Unidos y en España, y ha obtenido
varios galardones en esta especialidad.
Algunas de sus novelas
son: Los placeres de la hija del embajador (ganadora del II Premio Incontinentes
2011), La muerte tenía figura de mujer
hermosa, Jazmín significa amor
voluptuoso, El seductor y la rica
heredera (finalista del premio de novela Ciudad de Almería 2009), El pueblo de los milagros (finalista del
premio internacional de novela Territorio de la Mancha 2006), Miami” y también Never love a foreigner. Ha aparecido en diversas antologías de
narrativa: “Sexto Continente”, “Antología
del Relato Negro I, II, III, IV”, “Yo también escuchaba el parte de RNE”, “Las
estratagemas del amor”, “El sabor de tu piel”, “El hombre que se ríe de todo”, “Eros
de Europa y América”, “Hiroshima, Truman”, “Microantología del microrrelato I,
II y III”, “París”, “Viena” y “Demasiado viejo para el rock and roll”.
Interviene en Radio Televisión Marbella en el programa “La vida es bella”, con
Noticias Insólitas.
JODER, LOS HIJOS
de Andrés Fornells
Fallos ©
De buen seguro no soy
el único padre que se ve sorprendido por las inesperadas reacciones de un hijo.
Tino, uno de mis hijos, me trae de cabeza. Habla poco y piensa mucho, algo que
recuerdo –si es
que recuerdo bien– molestaba sobremanera al muy vituperado Nerón, por poner un
ejemplo antiguo, que éste sin duda lo es.
Viendo fotografías
mías, un día Tino descubrió que yo estaba, en mis tiempos universitarios, con
una guitarra entre mis manos. Mirándome como si lo considerara imposible, me
preguntó:
–Papá, ¿tú de joven tocabas la
guitarra?
–Sí, y no lo hacía mal
del todo. Formaba parte de una tuna y salíamos de ronda.
–¿Y por qué no tocas más
la guitarra? –me
dedicó una mueca que significaba ofensiva incredulidad.
–Tuve que dejarlo.
Dejarlo porque me llegó la hora de empezar a trabajar, y no pude dedicarle más
tiempo. Porque empecé a salir con tu madre y no pude dedicarle más tiempo.
Porque viniste al mundo tú y tus hermanos y no pude dedicarle más tiempo.
–Hmmmm –gruñido que encontré
también ofensivo.
–Algún día tú tendrás
obligaciones y sabrás lo que es eso –mosqueado.
–Yo nunca tendré
obligaciones –me
aseguró contundente.
–Dichoso de ti.
–Tocar la guitarra, vaya
forma tonta de perder el tiempo. Me voy a jugar con la Play-Station –dijo dejándome enojado
y caviloso.
Tres días más tarde,
para desconcertarme, algo que consigue con bastante asiduidad, Tino esperó a
que yo regresara de mi trabajo para, en cuanto entré en el salón soltarme con
los brazos en jarra, gesto que siempre encuentro irrespetuoso y descarado:
–Papá, yo quiero
aprender a tocar la guitarra.
–¿Por qué? Creí haberte
escuchado decir antes que era una forma tonta de perder el tiempo.
–¿Eso dije?
–Literalmente.
–Bueno, puede –como si yo no dijera
verdad y para eludir un enfrentamiento entre ambos me llevara la corriente–. Si es como dices he
cambiado de idea. Todos somos libres de cambiar de idea, ¿o no? –desafiante.
–Claro, claro –hay que procurar no
traumatizar a los hijos, aconsejan algunos psicólogos–. Pero escucha eso
significa tener que comprarte una guitarra, buscarte un profesor… y no estamos para
gastos. Por si en la tele sólo escuchas lo que te interesa, estamos viviendo
una crisis insoportable, ruinosa, criminal…
–Joder…
–Habla bien, niño; que
no cuesta dinero –le reprendí.
–Bueno, me he enterado
que hay unos cursillos que organiza el ayuntamiento en los que te enseñan a
tocar la guitarra sin que cueste un pu… ejem… céntimo. En mi clase hay dos
compañeros que van a empezar la semana que viene. Sólo hace falta que me
inscribas y me compres una guitarra.
–Vale, lo consultaré con
mamá –agobiado
pensando en otro gasto imposible de asumir.
Tino debió comerle el
coco a mi esposa, juzgué por lo rápido que se puso de parte de él.
–Es una buenísima idea
la de nuestro hijo. Ya que no quiere hacer deporte, esto de la música lo
entretendrá y mantendrá lejos de la maldita droga, que tanta ruina lleva a
muchos hogares.
Total, que dos días más
tarde me llevé a Tino a una tienda donde vendían instrumentos de música y le
compré la guitarra, no la que quería yo que era barata, sino la que quiso él
que era mucho más cara, y que me argumentó con respecto a la diferencia de
precio:
–Papá, no se puede hacer
buena música con un instrumento malo, y eso tú debes saberlo bien.
El tendero, pensando en
su negocio, le dio la razón y habló de grandes virtuosos que usaban
instrumentos como el Stradivarius que costaban hasta dos millones de euros.
Casi me dio un sincope cuando escuché esto, y di gracias al cielo de que mi
hijo se hubiera decantado por la guitarra y no por el violín. Ah, la funda del
instrumento también me costó un pico porque tuvo que ser de calidad.
Tino empezó las clases
y a la séptima me dijo que no seguía. El profesor era un gilipollas, que
parecía estar emporrado todo el tiempo, no sabía enseñar y le había hecho
aborrecer la música. Una pena porque él había comenzado con una ilusión enorme.
Me enfadé. ¡Vaya si me
enfadé! Tenía subiéndome por la garganta un alud de airados tacos, que taponé
al sentir sobre mí la severa mirada de mi consorte que siempre me acusa de
perder la calma con patética celeridad.
–O sea que, por un
capricho tuyo hemos gastado un dinero inútil, inútil, inútil. Grrrrrrr… ¿Me quieres decir qué hacemos ahora
con la guitarra?
–Un compa del cole está
dispuesto a cambiármela por un juego de Los Warriors del Infierno. Un juego que
es muy guay y que lo tiene prácticamente nuevo. Como será de nuevo que él
todavía no se lo ha pasado.
–La guitarra la vamos a
guardar, por si más adelante recobras el gusto por la música –mi mujer pretendiendo
atemperar la situación.
Tino hizo un gesto
claramente desdeñoso con las manos alzadas, moviendo los dedos hacia abajo, y
murmuró entre dientes.
–Lo que queráis. Los
padres mandáis siempre… y mucho.
–¡Marido! –me avisó mi mujer
notando que yo era ya como una bomba con la espoleta a punto de saltar por los
aires.
Al día siguiente con el
enfado asimilado, y la resignación y la paciencia recuperados, mi mujer me dijo
que me llevara a este hijo músico frustrado a comprarle unas zapatillas de
tenis.
–Las tiene agujereadas y
no puede ir por el mundo de ese modo. La gente no lo criticará a él, sino a
nosotros. Sus amigos del cole empiezan a mofarse de él, con lo traumatizante
que eso es, a su edad.
–Si no estuviera
continuamente restregando la punta del calzado por el suelo, vició que no hay
forma de quitarle, las zapatillas estarían nuevas. Ni dos meses le han durado,
cuando a mí los zapatos me duran años.
Mi mujer que cuando dos
miembros de nuestra familia tienen diferencias se decanta siempre del mismo
lado, comentó vitriólica:
–Tu también has sido
niño y no creo que fueses tan perfecto. ¿Me equivoco?
Solté un bufido, que
era la mejor manera de no expresar lo que me bullía dentro porque las
discusiones con mi mujer me alteran el ritmo del corazón y, encima cuando estoy
necesitado de cariño, en venganza, ella me dice que le duele la cabeza. O sea
que los que nacemos perdedores, perdemos siempre.
Como pretendía
renegociar la hipoteca del piso, decidí pasarme por el banco antes de ir a la
zapatería y de paso, que mi hijo tuviera una experiencia cercana de las duras y
crudas realidades de la vida.
Cuando nos tocó, entramos
en el despacho del director del banco, que viste y se repeina al estilo
hollywoodense. Sonrisa por su parte más falsa que la monda de plata que me
vendieron una vez en el Rastro.
–Que chico tan guapo
tienes. Y tiene cara de ser muy, muy inteligente.
Antes de poder yo decir
nada, mi hijo se adelantó y señalando un cenicero de cristal que estaba lleno
de caramelos, le preguntó al manager:
–¿Los caramelos son para
los clientes?
–Sí, claro. ¿Quieres uno?
–Quiero cinco. Tengo
cuatro hermanos –mintió.
–Eso está bien, pensar
en la familia –frase más falsa aun que su sonrisa.
Mi hijo, que en la
única asignatura que destaca es en matemáticas cogió diez caramelos y se los
metió, con velocidad de prestidigitador, dentro del bolsillo.
A continuación el
director del banco y yo hablamos del crédito. Le pedí si yo podía retrasarme un
poco en el pago mensual y arreglaríamos la diferencia en las navidades cuando
mi esposa y yo conseguiríamos la paga doble. Sin dejar de sonreír el dirigente
de banca me dijo que sus superiores le tenían amenazado con echarlo si concedía
retrasos en los pagos.
–La cosa está muy mal.
Hoy tiene una persona empleo, y mañana puede estar parado. No existe seguridad
para nadie. No puedes hacerte una idea de la cantidad de inmuebles que nos
vemos obligados a embargar porque sus propietarios no pagaron el crédito que de
muy buena fe el banco les concedió.
Sólo le faltó decir: “Paga
religiosamente o tú serás otro de ellos, mal cumplidor”.
Salimos a la calle, yo
con un disgusto monumental y mi hijo con ocho caramelos baratuchos. Él que
había permanecido callado todo el tiempo, espero a que nos sentáramos en el
coche para meterse un caramelo en la boca y clocándolo de forma que no le
estorbase para hablar dijo en tono condenatorio:
–Papá, ese tío con el
que has estado hablando es un cerdo capitalista. No deberías tener tratos con
él.
Encontré tanta
comicidad en esta aseveración dicha con increíble seriedad que, aunque lo que
me estaba sucediendo era para echarse a llorar, me eché a reír. Y viéndome reír
mi hijo me imito. ¿Y sabéis algo sorprendente, de lo que me di cuenta justo en
aquel momento? Que durante los dos últimos años era la primera vez en que mi
jodido hijo Tino y yo nos reímos juntos. Y ya me partí el culo –como suelen decir los
modernos mal educados–, cuando él, recobrado el resuello añadió:
–Yo nunca le pediré un
crédito a un cerdo capitalista.
–Que Dios te oiga –dije recuperando
repentinamente una religiosidad que yo llevaba mucho, mucho tiempo perdida.
NOELIA NATALIA BARCHUK
Nacida un caluroso 19
de enero, en Resistencia “Ciudad de las Esculturas” (Chaco), Argentina, cursa
la carrera de Contador Público en la Universidad Nacional
del Nordeste. Se desempeña como administrativa del sector de control impositivo
en una empresa privada.
Fue distinguida con una
Mención de Honor Especial por su poema Descorazonado en el Certamen
Literario Provincial “Alfredo Veiravé” 2004. Integra el citado poema la Antología de
poemas y cuentos de la edición de ese año.
Escribe poemas, entre
ellos T.Q.M, Peregrina, El Hombre
Invisible, y también cuentos y relatos cortos, como Los Domingos, La primera Cena, que pueden leerse en la página http://ww.mascultura.com/.
Entre sus libros
preferidos, destaca las novelas “El nombre de la rosa” de Umberto Eco; “El
Perfume” de Patrick Suskind; “Las sandalias del Pescador” de Morris West. En
poesía, sus autores predilectos son Jorge L. Borges, Julia Priluztky Farny y
Mario Benedetti. Lectora de sus contemporáneos, refiere a “Wakolda” de Lucía
Puenzo, y “Kryptonita”, “Bolonqui” de Leonardo Oyola.
Actualmente, trabaja en
la publicación de su primer libro de cuento
AMOR IMPAR
de
Noelia Barchuk ©
¡Qué ingrato! Pensó o dijo.
Por las dudas llevó las
manos a la boca tapándosela. Poco faltaba para que aflojase el llanto que venía
acumulando prolijamente desde que sus sospechas fueron tomando forma.
Ahí estaba, muy
divertido con Marita tomándose unos mates. Marita, de ahora en adelante,
llámese “la nueva”.
Ella no importa. Lo
importante era él. Recordó cuántas veces a media tarde le tendía un amargo y él
nunca aceptó. Con la excusa de la acidez gástrica tomaba un tecito.
¡Qué desgraciado! Volvía a pensar o a
exclamar. Recordó cuánto había hecho por él. Desde sabotear los currículum
vitae recibidos (para que el suyo apareciera como la mejor opción), pasando por
interceder ante el jefe a su favor, hasta capacitarlo estricta pero
amigablemente en lo concerniente a las funciones que desarrollaría dentro de la
empresa.
Eso laboralmente
hablando, ya que fuera de ese ámbito, también expuso su buena predisposición en
ayudarlo. Al comienzo, no tenía ese buen estado físico de ahora, año y medio
después.
Su figura de entonces
se reducía a un flacucho estudiante que se presentaba de jeans, zapatos baratos
y alternando en la semana, sus dos únicas camisas presentables, ambas de color
celeste, ¡parecía colectivero!
Sonrió, se acordó que
su madre entallaba sus camisas… y lo invitaban a almorzar de cuando en cuando
para que saliese de la dieta escuálida de la pensión. Por algo en ese tiempo
ninguna nueva se le arrimaba. No como ahora que estaba convirtiéndose en un
perfecto dandy.
¡Ah! ¿Registrará su
memoria que buena parte de todo eso me lo debe a mi? Se preguntaba, se
contestaba simultáneamente. Tal vez lo sepa, aunque nunca dé las gracias y
siga evadiéndome, apartándome de su mundo. Empezaba a rodar por su mente,
como un film, escenas de la vida real: cuando le recomendó qué lugares
frecuentar para cenar, qué vino solicitar, y sobre todo, algo que le estrujaba
el alma, qué flores elegir según la destinataria de tremendo obsequio. Moría
por estar en ese puesto.
En ese momento, pasó la
nueva por su lado. Para rematar, le hizo la antipática observación que le
hallaba unos kilitos de más. El silencio fue la digna respuesta, aunque por
dentro estallara la guerra atómica de celos; le hubiera encantado contestar
improperios de la naturaleza “qué opinás cara de caballo” o “mejor callate,
trasero fofo”. Absolutamente fuera de lugar, pero más fuera de moda; en las
oficinas los insultos son actualmente de otro calibre.
Volvió a dirigir sus
verdes ojos al objeto de su deseo y desvelo.
Intentó intercambiar
algunas frases sobre el tiempo, sobre cuándo cobrarían el sueldo, pavadas, no
iba a preguntarle qué pensaba sobre el Protocolo de Kioto o por el derrumbe de
los mercados bursátiles; pero fuera cualquier cosa que le dijese, sólo la
nueva, la nueva y sus bonitas piernas, la nueva y su blusa de gracioso escote,
la nueva esto, la nueva aquello, la nueva ¡ufa!
Todo era la nueva lo
que su boca repetía. Boca que en cuántas oportunidades soñó que besaba la suya.
En ese momento no pudo
tolerar más. Lo dejó hablando solo. Se dirigió a su escritorio. Tomó su saco y
las llaves. Ni siquiera apagó la PC ,
faltaba una hora para la salida, pero qué importaba.
Le pesaba de
sobremanera aceptar y afrontar que Alejandro nunca se fijaría en él.
FUERA DE PLANES
de
Noelia Barchuk ©
Sin
saber cómo, cuándo o dónde, comenzó a extrañarla.
Raramente,
entendió muy a pesar suyo, le hacía falta.
¡Casi
no podía creerlo! Una sensación de nostalgia iba adentrándose en su ser, sin
pedir permiso, como aquel maravilloso aroma de cacao, inundando la cocina de la
abuela, preludio de agasajos o cumpleaños.
Esto,
claro nada tenía de maravilla, era más bien, una pesadilla.
Pensar
que había llegado a aborrecerla, por no decir a odiarla.
Le
envidiaba la dicha de su suerte… Y ahora, que había alcanzado a arrebatarle esa
misma suerte, los días monótona y lentamente iban desgranándose en desdicha.
Sacudió
la cabeza para espantar los pensamientos nefastos. Pudo a medias.
Repicaban
como incesantes campanas el puñadito de rabia que le echó en la cara al decirle
“realmente me hacés un gran favor ¡pobre infeliz!”
En
aquel momento las interpretó como cualquiera lo hubiera hecho, todo se resumía
en la palabra despecho.
Ahora,
ahora comprendía que todo funcionaba mejor con ella. Las frases de amor se
habían hecho humo.
Las
quiso recuperar al extender el mantel de plástico sobre la mesa. Lo miró sin
reconocerlo. Absorto ante la tele no la oyó llamándolo a comer. Le sobraban por
los cuatro lados el mal humor, la desidia, el desinterés y el celular, que
nunca dejaba de sonar.
Deseó
tanto embalarlo en encomienda y devolvérselo a su ex mujer.
O
mejor, a su madre.
A SANGRE FRÍA
de
Noelia Barchuk ©
Aún
frescas las huellas del ayer
enceguecen
con sus luces artificiales.
Intento
apagarlas una a una
pero
crece mi vacío en la negrura.
Tu
partida sin despedida
Acrentó
el dolor
los
adioses no pronunciados
dejan
dudas envueltas en rencor.
Corro
el riesgo de quedarme sola
por
el resto de la eternidad
si
no te olvido en un suspiro de tiempo
deteniendo
tu recuerdo que me devora,
caigo
una vez más en el abismo
absurdo
y cotidiano
de
la espera sin tu encuentro,
sufriendo
por tu desamor infinito.
Debo
derribar mi obtusa fidelidad
rebelarme
contra mi misma
para
fusilar a sangre fría
el
último recodo de amor por vos.
TU AUSENCIA
de
Noelia Barchuk ©
Tu
Ausencia me acompaña
donde
quiera que vaya,
se
burla con malicia y ternura
de
mi arrepentimiento tardío.
Tu
Ausencia se refleja
en
el espejo de la soledad,
devolviendo
la imagen
de
los ojos que no me ven.
Tu
Ausencia nada en silencio
a
la hora del crepúsculo,
siempre
llega a la orilla
antes
que asome la luna.
Tu
Ausencia deja espacios
en
grises y en blancos
que
mi libertad duda
con
quién colorearlos.
Tu
Ausencia comienza a mirarme
con
repentino asombro:
Su
Presencia poco a poco
le
va quitando el aire.
MERCEDES DAZA GARCÍA
(Granada, España,
1981). Licenciada en Derecho, escritora y artista plástica. Autora de la novela
Llueve (Editorial Comala). En el año
2013 saldrá a la luz Cuentos de cama y de
despedida, libro que recogerá una selección de sus relatos premiados.
Fue en 2008 cuando sintió
la necesidad de hacer un hueco a sus pinturas, consiguiendo en estos cuatro
años más de veinte menciones especiales en concursos literarios de carácter
nacional e internacional en lengua castellana. Algunos de sus textos han sido
traducidos al inglés e italiano.
Destacada también en el
mundo de las artes plásticas, su obra ha sido expuesta en prestigiosos museos, centros
culturales y galerías de arte de gran parte de Europa y América. Fue
seleccionada por los reconocidos pintores Ignacio Hábrika y Francisco Arroyo
Ceballos como una de los mejores pintores noveles de España.
Gracias a su
trayectoria, Mercedes Daza ha aparecido en los últimos años en diversos medios:
televisión, prensa, radio, libros y antologías.
SOÑANDO A OSCURAS
de Mercedes Daza García
©
¿Recuerdas mi estúpida
obsesión por soñar? Llegaste a insinuar que acabaría convirtiéndose en mi mayor
enfermedad. Sin que sirva de precedente debo darte, en parte, la razón. A medida
que interiorices el sentido de estas líneas comprenderás que sigo siendo la
misma y que aún te amo por encima de cualquier fuerza sobrehumana. Aunque me he
visto forzada a controlar la situación, a manejar mis mayores temores a mi
modo. No te estoy pidiendo permiso ni comprensión. Nunca lo haría. Como siempre
mi egoísmo me ha llevado primero a pensar en mí, pero sí al menos una
aprobación.
Hace horas, días,
meses… que no nos vemos. No se trata de materializar el tiempo sino de asumir
que la espera se hace eterna. Entendí que mientras regresabas, mientras volvías
a mis brazos, sería mucho más romántico e idílico reinventarte a mi manera.
Eres consciente de que nunca he soportado tú carácter efervescente, tu
prepotencia ni aquellos besos que me vuelven loca. ¿Por qué no pensar que sí,
que estás conmigo, que somos felices, que me aceptas y que me quieres casi
tanto como yo a ti? Quizás sea una osadía por mi parte, delirios que me
permiten ser feliz, sobrevivir. Pero es duro admitir que ya no estés a mi lado.
Decidí que de un modo u
otro me acompañarías en todas mis actividades. El primer paso fue apuntarnos a
clases de yoga, sí, a yoga. Pensé que para reinventarte sería mucho más
sencillo comenzar en algún lugar, de los pocos que quedan, en los que no tuviésemos
que darnos explicaciones ni hablar. Sólo observamos y respiramos. Respiramos
profundamente. A veces me estremezco cuando siento tu aliento en mi espalda.
Ayer, sin ir más lejos,
acordamos ir al cine. Por supuesto, elegí yo la película. Ésta vez no tuviste
fuerzas para discutir. Compré dos enormes cubos de palomitas y un litro de
coca-cola con dos pajitas. Cuando llegué me indigné muchísimo. Nada más
sentarme, una chica empezó a gritarme como una histérica para que quitara todas
nuestras pertenencias de su supuesto asiento. Yo perdí los nervios por
completo. Le dije que si es que no te veía, que mi novio estaba sentado en su
sitio porque habíamos comprado las entradas o si acaso me veía tan caprichosa
para ir ocupando asientos a mi antojo. Sin ningún tipo de remordimiento, el
acomodador me invitó, bueno, nos invitó a abandonar la sala. Me sorprendió tu
actitud cobarde. En otro tiempo me hubieses defendido.
Cocino para dos,
preparo la mesa con el doble de tenedores, platos… Pero últimamente no comes
nada, no pruebas bocado. No me extraña que conserves también la línea. Sólo te
molestas en escuchar atentamente el telediario y mis pequeñas anécdotas, sin
reproche alguno. En ocasiones resulta tan aburrido…
Los viernes por la
noche nos encerramos en aquel pequeño bar escondido de la ciudad con tanto
encanto. Hablamos de música sin parar, debatimos sobre el individualismo,
política, mientras nos aferramos a nuestros gin-tonics y a la desoladora
realidad. Como un peso en mi espalda noto cómo la gente nos observa y habla en
voz baja sobre nosotros. En ese momento es cuando me doy cuenta de que formamos
una pareja preciosa y que se mueren de envidia.
De vez en cuando tengo
pequeños brotes de realismo. Los odio, los odio con toda mi alma. Me hacen
sufrir. Me recuerdan que estoy sola. Es cuando agarro tu móvil, el que dejaste
olvidado en la mesilla de noche y me escribo hermosos y poéticos mensajes de
amor. Cuando mi móvil suena y veo reflejado tu nombre en la pantalla, tiemblo.
Y apenas sin fuerzas, caigo rendida al suelo, apoyada en la pared que aguarda
mis pesares, mis frustraciones. En esos momentos lloro enredada a mis piernas,
con la leve esperanza de que cruces la puerta, te sientes conmigo y me abraces
muy fuerte mientras me dices lo mucho que me necesitas, tanto como yo a ti.
Me ofreces tu mano con
delicadeza y te acompaño a la cama, para dormir ladeada para que sientas que tu
hueco aún sigue vivo.
Debes entender que
nadie me pidió permiso para despedirme de ti. Que me sentí obligada a besarte
por última vez tras aquel frío cristal. No te estoy pidiendo permiso. Sólo
quiero que comprendas que cuando nos conocimos me propuse amarte hasta el fin
de mis días, me acompañes o no en esta dura travesía. Y fiel, cumplo mi misión.
MARCOS RODRIGO RAMOS
Nació en Morón (Provincia
de Buenos Aires) en 1969. Es docente de escuela primaria y profesor en Lengua y
Literatura. Fundó la revista “Letras Rojas de Moreno” de la que fue director.
Colaboró con cuentos, poesías y ensayos en las revistas “Mapuche”, “Redes de
papel”, “Las letras”, “Polígono de cuentistas y poetas”, “Oestiario”, “Palabras
más”, “Amaru”, “La avispa”, “Castelar nuestro lugar”, diario “La Ciudad ” y diferentes
publicaciones en Internet. En 2011 obtuvo el primer premio del concurso
“Palabra de Maestro” organizado por la
DGCyE de Buenos Aires, consistente en la publicación de
cuentos de docentes de la provincia. Logró el segundo premio en el concurso
Redes de Papel (2005), una tercera mención en el Concurso Revista Crepúsculo
(2010), una mención en el Concurso Literario Municipalidad de Avellaneda (2010)
y el primer premio en el I Concurso Literario de la revista “Castelar nuestro
lugar” (2011). Es músico y se desempeña como bajista de la banda Morel.
Actualmente está realizando la
Licenciatura en Letras.
EL CAMPANARIO
de Marcos Rodrigo Ramos
©
Sonaron doce campanadas
desde el fondo del valle donde estaba la iglesia abandonada. Fray Marcos
convocó a una reunión general en la Plaza Mayor , las familias mandaron a sus
representantes. Ante la mirada inquisidora del religioso todos respondieron que
nadie de los clanes había ido al lugar. Sabían que estaba prohibido el ingreso
de cualquiera luego del asesinato de Fray Bartolomé hacía no más de dos
semanas. Su cuerpo había sido hallado decapitado frente al altar. Nadie tenía
idea de los motivos del crimen ni de quiénes podrían ser los asesinos, tampoco
habían podido hallar la cabeza.
Sospechaban de unos
gitanos que por ese entonces se había instalado en el valle. El fraile había
convencido a todos para que los echaran al descubrir extrañas ceremonias que
hacían por las noches: sacrificaban animales y realizaban cánticos en lenguas
incomprensibles invocando a dioses paganos. Bastó que dijera: “¡Están llamando
al diablo!” para que toda la turba enceguecida de Villa Carmen los sacara a
punta de lanza.
Los jóvenes, mucho
menos prejuiciosos, creían que había sido atacado por algún tipo de bestia
salvaje (como un oso) que le podría haber arrancado la cabeza con sus poderosas
garras. Esta teoría no tenía sustento por el hecho de haberse encontrado en la
iglesia todas las puertas y ventanas cerradas con sus correspondientes
cerrojos; la posición del mobiliario no mostraba señal de desorden o pelea, no se
encontró ninguna pisada animal o humana.
Mandaron una comisión
dirigida por Don Francisco Aliaga a inspeccionar la iglesia para averiguar
quién era el intruso que estaba en el campanario, todos fueron a caballo.
Las lavanderas que
estaban a orillas del río fueron las primeras en verlos regresar. Venían
caminando con los ojos en blanco y la boca abierta. No había señales de los
animales que habían llevado. A pesar de los intentos de las mujeres por
detenerlos avanzaban en dirección al río. Cuando llegaron hasta la ribera
siguieron en línea recta por el agua hasta que la misma cubrió sus cabezas. A
los pocos minutos comenzaron a emerger sus cuerpos sin vida.
Trajeron los cadáveres
hasta la costa, todos mantenían la misma expresión que tenían antes de ahogarse,
los ojos en blanco y la boca abierta.
Luego de dárseles
cristiana sepultura se organizó una nueva comisión encabezada por fray Marcos a
la iglesia. Esta vez se convocó a todos los varones adultos que fueron armados
con azadones y guadañas. Sólo quedaron las mujeres y los niños.
A medida que avanzaban
comenzaron a escucharse de nuevo las campanadas provenientes de la profunda
espesura del valle. Sonaban con fuerza, desafiantes. Fray Marcos comprendía que
el desafío era para él. Lo que estaba allí se burlaba de Dios y él era el
encargado de poner las cosas en su lugar.
Aunque iba delante era el que más temor tenía pues, aunque no lo había
dicho a nadie, intuía que lo que estaba allá adentro no era humano.
El sonido de las
campanadas era cada vez más ensordecedor. A medida que se iban acercando a la
iglesia varios parroquianos comenzaron a notar que en esa zona los árboles se
hallaban todos resecos y sin hojas, lo que se contradecía con la vegetación
exuberante que habían visto antes por el camino. Una densa niebla parecía
brotar del suelo. Ninguno de los corazones de los parroquianos latía con
tranquilidad. Cada seis pasos fray Marcos besaba la gran cruz de madera con la
que encabezaba la procesión.
Ya de noche llegaron a
la iglesia. Luego de pedir silencio el fraile gritó con fuerza:
–Ordeno a aquel que ha
osado no respetar la morada de nuestro altísimo señor que deje de hacer sonar
las campanas y abandone ese recinto sagrado de inmediato.
Las campanadas cesaron.
Fray Marcos sabía que con ese silencio la batalla no había terminado, sino que
recién empezaba; era el único que todavía no había encendido su antorcha; dio
cinco pasos al frente de la muchedumbre que comenzaba a murmurar.
–¡Estamos esperando que
salga!– gritó.
Nadie salía. Todos
empezaban a impacientarse. Una voz desde el fondo exclamó:
–¡Maldito hereje! ¡Ya
te has burlado demasiado de nosotros! ¡Prepárate a morir!
Cuando la turba comenzó
a avanzar un objeto redondo fue arrojado desde el campanario y cayó a sus pies.
Al levantarlo horrorizados descubrieron que se trataba de la cabeza del difunto
Fray Bartolomé.
Por más que quiso el
padre Marcos ya no pudo detenerlos. Aunque era un acto de barbarie lo que
presenciaban sus ojos, en su fuero íntimo estaba de acuerdo con lo que iban a
hacer. Las piedras comenzaron a llover sobre las paredes y las ventanas de la
vieja iglesia. Prendieron fuego alrededor del edificio e incluso arrojaron
antorchas dentro de él. La muchedumbre victoriosa clavaba su mirada en la
puerta del frente de la iglesia esperando que saliera aquel ser que, sin que lo
hubieran visto, se había ganado el odio de todos. Fray Marcos temía, pues
intuía que lo que iba a salir no tendría la apariencia que todos esperaban.
Aferrado a su cruz con desesperación le pedía a Dios que se apiadara de todas
sus almas. Entonces la puerta se abrió.
A la mañana del día
siguiente el cielo se hallaba cubierto de negros nubarrones que preludiaban una
tormenta que no tardó en llegar. Las mujeres de Villa Carmen vieron acercarse
al pueblo una columna de antorchas. Felices y a la vez intrigadas por saber lo
que había ocurrido en el valle salieron corriendo con sus hijos en andas para
recibir a los varones. A medida que se acercaban pudieron reconocer al que iba
delante de ellos por la toga y la cruz que llevaba entre los brazos. Triste fue
su sorpresa al descubrir que todos, incluso Fray Marcos, las ignoraban por
completo y, sin detenerse ni contestarles, continuaban caminando, con los ojos
en blanco y la boca abierta, en dirección al río. Junto al llanto y los gritos
de desesperación de las mujeres se mezclaron las infernales campanadas
provenientes del corazón del valle.
JOSEP ESTEVE RICO SOGORB
(Elche, Alicante,
España, 1965). Blogger, periodista, escritor, historiador, cronista, poeta y
ensayista. Diplomado en Lengua Valenciana por el Centro de Formación de
Postgrado de la
Universidad Politécnica de Valencia y en Organizaciones
Políticas por la
Fundació Tarrès - Universidad R. Llull, de Barcelona.
Entre los
reconocimientos cabe destacar: 1er. Premio a la Mejor Obra Poética en
Lengua Valenciana “Cardona Vives 2005”
(Castellón, junio 2005), 1er. Premio “Historia de Elche 2000” con su ensayo en
valenciano “Hondo, riego y otras aguas”
y el “2do. Premio del Concurso de Editorial Atlantis (Madrid, 2005), entre otros.
Autor de diversos
libros de ensayo, investigación histórica y poesía, numerosos artículos en la prensa
impresa y digital llevan su firma. Ha publicado una antología poética
autobiográfica en valenciano Retales para un collage inacabado
(Valencia, 2005, EVP Romeu). Incluido en varias antologías poéticas de habla
hispana en América y en España, también le han publicado poemas en numerosas
revistas impresas y digitales de ambos continentes. Este año 2012 salió a la
luz un nuevo poemario Esencias
(Ediciones Gom, Valencia).
Es cónsul de la ONG mundial literaria
Movimiento Poetas del Mundo en su comarca natal (Baix Vinalopó), miembro de la Asociación de Escritores
en Lengua Valenciana (AELLVA), de la asociación cultural y tertulia literaria “El
Picudo Blanco” de Elche, del consejo de redacción de la revista del mismo
nombre y del “Grupo Poético Abril 2005”
de Elche.
Conferenciante, ponente
en congresos de filologías y tertuliano radiofónico; ha recitado poemas en
diversos encuentros de escritores, maratones poéticas y recitales literarios.
Jurado en varios certámenes y concursos. Traductor y recitador al valenciano
del poemario Se lo dije a la noche
del poeta García Hoyuelos, editado en 2011
en todas las lenguas, dialectos y subdialectos peninsulares.
BÉSAME DESPIERTA
de
Josep Esteve Rico Sogorb ©
Duermes.
Pero no, dormida mejor no te beso.
Tú
me has dado el alma con los ojos abiertos.
Tú
me has dado tu cuerpo. Y lo tengo.
No,
dormida no pareces tú... No, no, mejor no te beso.
“Infiel”
sería si te besara dormida.
No,
no, durmiendo no te beso, mejor sino despierta.
Prefiero
besarte cuando despiertes,
para
concedernos mutuamente cuerpos y almas.
No,
dormida no te beso.
Te
beso y te besaré siempre despierta.
Bésame
cuando despiertes...
EN LA NOCHE ,
PIENSO EN TI
de
Josep Esteve Rico Sogorb ©
En
la distancia de la noche no hay olvido sino anhelo.
El
recuerdo de mis lágrimas de amor
humedece
tu corazón y enerva tu ánimo
templando
tu alma con sentimiento.
En
la soledad nocturna te aseguro, amor mío,
que
te llevo muy dentro, y tanto te siento,
que
te amo con locura.
En
el silencio de las madrugadas, oigo latir intensamente tu querer
en
mi pobre corazón enamorado.
Te
llevo muy dentro.
En
la soledad de la noche…
SOY UN SER QUE...
de
Josep Esteve Rico Sogorb ©
Soy
un ser infestado de defectos, lleno de imperfecciones,
colmado
de errores, repleto de fallos.
Soy
un ser que te ama, que te adora y anhela en cuerpo y alma,
aunque
esos fallos enturbiaran algunas veces la convivencia.
Soy
un ser que te quiere, que te desea desde el primer día a pesar de las
dificultades,
que
te estima igual que en los primeros momentos como el amor de juventud.
Soy
un ser que te ama ahora igual en la madurez adulta, que sigue amándote
tanto
o más, que continúa hoy enamorado de ti como antes.
Soy
un ser que a cada desliz, a cada caída; se alza y te ama,
queriéndote
incondicionalmente.
Soy
un ser que en cada mala racha de perdedor, te ama aún más fuerte,
aunque
me invadan los nervios, la ansiedad y la inquietud.
Soy
un ser que no te desea ningún mal y se arrepiente
de
todo aquello que te dolió saliendo de sus labios.
Soy
un ser que esconde sus uñas para no dañarte sin querer poniendo empeño en no
errar
y
que sin intención te hirió alguna vez.
Soy
un ser que a veces es como una bestia. Afortunadamente, tú eres mi Bella
a
quien amo profundamente.
NO EXISTE LA NAVIDAD
de
Josep Esteve Rico Sogorb ©
No,
la Navidad no
existe. No es, no ha. No habita ni está.
No,
no existe la Navidad ,
sólo abundan despilfarros y derroches.
Los
hombres inventaron la Navidad
antaño,
y
ahora, hoy, nosotros la reinventamos cada diciembre.
Jugamos
con ella para bien o para mal
convirtiéndola
en mágica o desgraciada, malográndola.
que
se apaga entristeciendo muchos hogares.
Diciembre
es un mes doloroso y cruel, además del abril de T.S. Elliot,
y
el invernal frío se codea con el infortunio de los desdichados.
recuerdan
la ausencia de una madre sacrificada
desaparecida
hace años un día dieciséis de diciembre.
Desconfío
y recelo de la Navidad
por ser injusta desde su antesala y preludio.
Ya
transcurrieron demasiadas navidades y repetidos dieciséis de diciembre.
Cada
año la misma historia: tristeza, melancolía, nostalgia y dolor;
pobreza,
carencias y necesidad en tantos hogares.
Y
cada Nochebuena, igual de insípida e incolora.
Diciembre
es sin duda, el mes más cruel,
a
pesar de Elliot y de su poético abril agridulce,
porque
la Navidad no
existe.
Yo
quisiera crear navidades sentidas de verdad en los corazones
e
inventar y fundar nuestra particular Navidad
para
que todo el año perviva y porque perdure siempre,
no
solo en diciembre, amada mía.
Y
aunque no exista, amor mío, sé que tú me ayudarás a crear
con
nuestra magia amorosa esa Navidad,
nuestra
compartida Navidad.
SUPLEMENTO
DE REALIDADES Y FICCIONES
Nº 55 – Diciembre
de 2012 – Año III
ISSN 2250-5385
Exp. 5054184, Dirección Nacional del Derecho de
Autor (DNDA)
Propietario y Director: Héctor R. Zabala
Av. Del Libertador 6039 (C1428ARD)
Ciudad de Buenos Aires, Argentina
Corrección general: Prof. Liliana Lapadula