domingo, 5 de marzo de 2023

 

SUPLEMENTO DE REALIDADES Y FICCIONES

Nº 97 – Marzo de 2023 – Año XIV

ISSN 2250-5385 – Edición trimestral

Inscripción gratuita como LECTOR
si escribe a zab_he@hotmail.com
indicando nombre y apellido, ciudad y país
(se le avisará cada nuevo número trimestral).

“Mariposa de Phoenix”
Mónica Villarreal (2022)
(Acrílico sobre papel, 12" x 12")

 

Sumario: 

• Luis BENÍTEZ (Argentina)
• Lucero BALCÁZAR (México)
• Francisco ÁLVAREZ KOKI (España – Estados Unidos)
• Haidé DAIBAN (Argentina)
• Jorge Oscar MOZZINO (Argentina)
• Goya GUTIÉRREZ LANERO (España)
• Julián ALEGRÍA (Argentina)
• Jaime LUSTGARTEN STECKERL (Colombia)
• Patricia Elena ESCALANTE (Argentina)
• Elías Domingo GALATI (Argentina)
• Adrián COLLADO BASCUÑANA (España)
• Ana ROMANO (Argentina)

 

 

LUIS BENÍTEZ

“La vida entera. Una antología”, del poeta argentino Luis Benítez, reciente lanzamiento editorial de Pro Latina Press, de Nueva York, Estados Unidos

Este volumen ofrece al lector una selección de textos de los once poemarios publicados hasta la fecha por el poeta argentino Luis Benítez (Buenos Aires 1956), tanto en América como en Europa a lo largo de sus cuarenta y dos años de trabajo ininterrumpido en este género. Más allá de los numerosos premios nacionales e internacionales que ha recibido, esta obra refleja los sucesivos cambios de estilo y cosmovisión por los que atravesó el autor, mientras permanecen imborrables las peculiaridades discursivas que definen su obra y hacen identificable su poesía dentro de la literatura latinoamericana.

Como los de todos los grandes escritores, sus temas son universales. La forma en que elige transmitir estos temas es magistral. Cada uno de los poemas tiene una concisión en ese sentido, una soltura que puede resultar engañosa a primera vista ya que decanta la gravedad del tema que yace bajo la superficie. La recopilación que presentamos está compuesta por poemas inteligentes y conmovedores de un escritor cuya reputación se extiende merecidamente más allá de su país natal.

Luis Benítez

La vida entera, una antología de Luis Benítez es el primer título de la serie de poesía Gala de poesía de Pro Latina Press, que reunirá a algunos de los poetas más destacados de América Latina. Los libros están disponibles para distribuidores en los Estados Unidos y el Reino Unido, así como para lectores, libreros y bibliotecas de todo el mundo. Algunas de las plataformas de distribución global son Amazon.com, Bookwire.com, Bookdepository.com, thriftbooks.com y books.google.com.


Pro Latina Press
WebSite: https://www.prolatinapress.com/
Facebook: https://www.facebook.com/ProLatinaPress/
Instagram: https://www.instagram.com/prolatinapress/

 


Poemas de Luis Benítez © incluidos en La Vida Entera. Una antología.

 

El mar de los antiguos

 

No volverá jamás el mar de los antiguos

a rebañar las costas creadas por sus olas.

Un año de ancho, una vida de largo,

se sumió en la honda bocanada del fondo.

Con él las bandas de Erik el Violento

y la pacífica vela de otro ladrón, fenicio,

doblaron para siempre ese horizonte blando

y abajo el precipicio que los tragó

a todos como se cierra un libro.

Ni el ceñudo pirata que un día fue

estatura y bronceado y sombra,

ni el traficante sofocado bajo tricornio y títulos,

tuvieron el poder de detener

aquellas otras olas que se llaman horas;

menos el múltiple ahogado, ése sin nombre,

puede asomar la cabeza ahora

para su intrépido persistir

bajo la luna, a solas.

Ah mar de Eneas y de Ulises

que no eras éste y eras

la cuna del delfín y las especias

y el camino del oro y siempre, lo Otro.

Qué portugueses y españoles eran

cuando eran los que eran en el mar.

¡Y el junco de esa otra historia, la ignorada,

que salía a él bajando de los ríos

como una rama armada de astrolabio,

con hombres amarillos bajo la tensa seda

guardando sus secretos, sus caminos y sus signos!

Veo entre peces voladores

cabalgar la trirreme del romano

y al bajel del griego salir de la zozobra;

todas esas ambiciones que iban tras las Hespérides

encalladas en el arrecife del Minuto.

Y la Sirena, el paganismo de a bordo

recubierto de escamas y colocado fuera,

y el oficial Leviatán del Viejo Testamento

condensados en la ballena blanca

que surcó todavía, en mil ochocientos y tantos,

el querido inolvidable mar de los antiguos.

 

…………………………………………….

 

Esta mañana escribí dos poemas

 

Esta mañana escribí dos poemas.

No me pregunto ya por el sentido

que tiene o no tiene este oficio oscuro.

Simplemente es otra manera, posible, de estar vivo.

Me pregunto por el origen

de esas dos cosas que ahora están sobre la mesa,

no exactamente hechas de papel y de pigmentos.

Por los hombres que lo han dicho mejor

y hoy están muertos.

Por los siglos de guerras y de paces

que entre las palabras han corrido.

Me pregunto por los nombres y el semblante

del que en otra parte del globo ha dejado

sobre su mesa otras dos cosas iguales

y que duda también de mi existencia.

Me pregunto por los miles de días y de noches

que han debido transcurrir para que hiciéramos esto.

Por los cientos de personas

que han donado los versos.

Me pregunto por qué, hace un rato,

se ha modificado dos veces este mundo.

 

…………………………………………….

 

Los ojos de Rimbaud

 

Azules, de bárbaro. Hoy cantan para ti

los suaves trinos y en el taller literario

adelgaza la voz el papagayo: conmovida

endulza las Grandes Miradas su lección de confitero.

De este lado rezamos por ti hincados ante un lobo:

que la bella ciencia es una habitación que da a lo oscuro

y el hombre, ese acertado inconstante,

es apenas unos pocos pasos que por ella van y vienen.

Hoy que las profesoras de letras olvidaron todo

lo que saben de ti los presidiarios

y el vago que, a riesgo de ser aplastado por los automóviles,

detiene la metáfora de su paso por recoger el milagro

de una hoja, sin alcanzar a explicárselo;

hoy que apenas los ascensoristas

se levantan de entre los demás,

hoy que esta loca materia aparece ahogada y vencida,

como lo estuvo siempre, como va a estarlo siempre,

flotando sobre las aguas de los números;

hoy que en tus selvas vírgenes arraigaron los casinos

y suena música disco en todas las Áfricas tonantes,

hoy que en la calle 88 y Broadway una horrible fulana te pasea

impreso en su remera, sonriente con toda la Gloria Americana,

hoy que encuadernado en cuero y con letras doradas

te exhiben los dentistas en sus huecas bibliotecas

y te honran a su modo, repartiendo venenos

por las calles del mundo los ágiles traficantes,

hoy que caen los muros y todas las posteridades se desploman,

hoy que la Historia, esa vieja enemiga,

se ríe de nosotros diciendo que no existe,

como en tu tiempo repetía el Diablo;

hoy que los blandos músculos de los diputados

pueden arrojar al mar, si quieren, a miles de forzudos extranjeros,

hoy que la tímida democracia probó ser más efectiva que los reyes,

hoy que todos por fin somos buenos

y alza su copa radiante el rosado, negro, amarillo y cobrizo

banquete de la vida, más allá

de los caritativos grupos que intentan el soneto,

a través de las bibliotecas barridas por el polvo y las secretarias,

sin dactilografía ni voz ni esperanza ni objeto,

cruzan las geografías dos luces gruesas y potentes

anillando la Tierra. No por el símbolo sino por la mirada

eres como el dios de plástico que cuelga de su pared el asustado,

para que esos Ojos le sigan por la casa. Para nosotros

los mínimos, para nosotros los pocos, para nosotros los débiles,

que sólo queremos estar ociosos, tus párpados están

siempre abiertos, hermano desdeñoso,

Jesucristo el Terrible,

hoy que es una vergüenza tener hambre

siguen mirando lo mismo tus fanales salvajes.

 

……………………………………………..

 

En el arduo aniversario de una boda

 

“Después de la primera muerte ya no hay otra”

Dylan Thomas

 

Nuestra generación fue un puñado de hombres solos,

una pizca de mujeres destruidas,

un manojo de nadas sin zapatos,

el racimo de las viñas de la ira.

Yo que agonizo

me permito evocarte aunque mi recuerdo

te cause asco, nena, asco profundo,

como causa asco la inmunda mermelada que transpiran

los siempre equivocados porque aman demasiado,

aunque el credo y el miserere que rezamos siempre

tú y yo solos en dos noches separadas a sabiendas por nosotros

—tuyo el creo solo en mí y mío entero el miserable de mí—

desde entonces dicen

que nunca nunca se ama demasiado:

¿o no será acaso, en lo profundo, lo que nadie puede ver,

al revés el oscuro latín de lo real?

Concentrado todo da pavor en el urgente fin de siglo,

hay que terminarlo de un modo o de otro

y éste es el fúnebre galán de la fiesta,

vestido para la fecha que ya

un cuarto de centuria arranca.

Lástima, en september love,

que no fue aquélla ni ésta mi noche de septiembre.

Una sangrienta primavera baja sobre la noche del suicida

y la náusea habita desde entonces cada esponsal.

Creo ver a tu padre muerto con su dedo

hundir la hondura a donde dio la noche,

a la loca de tu madre pegándote en la cara

el monograma indeleble de otra loca en su progenie.

Creo ver a unos muertos celebrar la boda,

mi ojo derecho —el que mira al olvido—

arranca del olvido precoz

la sonrisa que perfora la vergüenza.

Mi ojo izquierdo, el que mira a la vejez,

arruga del futuro, verruga de lo que fue terso,

se complace en las vísperas anticipando

tu rostro y el mío entre las llamas

arder como dos fotografías viejas.

¿Fui el fantasma de la noche

y de las noches luego felices,

las noches y las tardes

en que engendraste a tus hijos?

¿No fui acaso el olvido y lo reído por los esposos,

cuando la burla a los que pasaban raudos en el tren,

un rostro tiznado de furia asomándose

desde la locomotora, el primero de los que veían

desnuda a la virgen loca bailar con el idiota?

Dame al menos ese miserable papel en tu vida,

el del diario arrugado que se aleja por la ruta

que lleva a un pueblo de cobardes

la noticia titular que yo lamento.

Dime, hoy muda calavera de lo que amé

hasta la esquina misma del infortunio,

si yo, que albergo esta pecera de imágenes

donde hasta cabe Virgilio, no era entonces,

en la riente oscuridad, entre los labios

de la muerte que en la florida edad

todas las señas tienen de la vida,

sino lo ridículo y eterno donde lo llorado

llora lo que no ve de sí, ese sí mismo.

Mátame. Pero no

de a poco, como la vida.

De una palabra mátame.

De una mirada sola.

 

 

NOTA:

• Más obras de Luis Benítez en los números 22, 64 y 85 del Suplemento de Realidades y Ficciones (ver ÍNDICE DE SUPLEMENTOS), o por su apellido en ÍNDICE DE AUTORES, en http://colaboraciones-literatura-y-algo-mas.blogspot.com/).

• En Realidades y Ficciones - Revista Literaria hay más de 45 artículos de Benítez sobre diversos escritores. Haciendo clic en el ÍNDICE TEMÁTICO Y POR AUTOR (ÍNDICES ANALÍTICOS) se encuentra el listado agrupado de estos trabajos buscando Benítez, Luis. También se puede llegar a este índice a través de: https://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com/2019/03/blog-post_1.html

 

 

LUCERO BALCÁZAR

(México DF) Poeta, editora, dramaturga, periodista cultural y pintora. Estudió en la Academia de Dibujo y Pintura Goya y con el maestro y pintor Raúl Anguiano. Es directora de Equidad y Género en la Sociedad Mexicana de Caricaturistas (SMC) y en el Museo de la Caricatura Ciudad de México.

En 2009, fue becaria del Fondo Especial para la Cultura y las Artes del Estado de México (Focaem) Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico (Pecda) del Estado de México y obtuvo el primer lugar como editora en el Taller Literario Internacional Elena Poniatowska 1998.

Es editora de la revista literaria Puro Cuento. Su obra ha sido antologada en más de cien libros de poesía, cuento, teatro y caricatura, y traducida a catorce idiomas.

• Libros publicados: María Luciérnaga (Editorial Alas de Libro, México, 1997), Semillas para la Ciudad (Editorial Alas de Libro, México, 1997), Piel de Poema (Letras Lúdicas, México D.F., 2002), Amores Carniceros (Ediciones Clandestinas, Estado de México, 2003), Mi Caníbal Poeta (Metáforas Prohibidas, Estado de México, 2004), Fauno Negro (La Huella de Lorca en Santiago, Santiago de Cuba, 2005), El Loco (Editorial Fridaura, México D.F., 2006), Cuenticos para Poetas (EdiSon Montuno-Casa de la Cultura Rita Montaner, La Habana, Cuba, 2007), reimpresión bajo el título de Cuentos Coítos (Editorial Vientos Alisios, Estado de México, 2008), Hotel Nagualtepec (Ediciones Candestinas-Editorial Eterno Femenino, México D.F., 2010), entre otros.

Más de su trayectoria y obras en Suplemento de Realidades y Ficciones Nº 8:

https://colaboraciones-literatura-y-algo-mas.blogspot.com/2011/01/

 

http://lucerobalcazarpoeta.blogspot.com/

lucerobalcazar@hotmail.com

 

 

COMPRÉ MI SIRENA

Lucero Balcázar ©

 

Compré mi sirena en medio de la calle Félix Pena, entre las calles Castillo Duany y Santa Lucía en Santiago de Cuba. Un hombre la llevaba amarrada en un diablo, ella cantó (o algo así) y yo corrí a hacer la transacción. Me pidió una suma irrisoria, pero el trueque incluía: mi camiseta de Zapata, mi guitarra Susana San Juan y mis tenis Altazor.  Comenzó a llover a cántaros, tal vez por ello no me percaté del fuerte olor a pescado que ella despedía. 

Bárbara es mulata, de tamaño natural; sus ojos de mar, piel canela y exuberantes labios de chocolate son la locura de cuanto artista santiaguero la conoce. Cuando llueve en jueves, le comienzan a crecer unos pelos lacios a mitad de la espalda y comienza a mirar y a mirar y que no topen las niñas de sus ojos con algún miembro de nuestra Banda Son Rock, porque entonces sí, se armó el bayú. La lluvia se vuelve tormenta con truenos y rayos y dan unos escalofríos que obligan a correr al único baño que hay en este departamento y no alcanza el agua para tanta vejiga urgida. Pasadas algunas horas de ensayo, inverosímilmente otro miembro de la banda desaparece y semanas después es encontrado, ingresado en el Hospital Psiquiátrico de Jagua, allá por Songo La Maya del Caney, y no ha faltado el loco de amor que ha aparecido en el nosocomio de Mazorra en La Habana. Pero el sanatorio Héroes de Baire en la Isla de la Juventud está infestado de soneros y rockeros que cacerolas, pocillos, cucharas en mano tamborilean:

 

Chica Bárbara, acá está tu Shango

Shango, Shango por ella un trago

Shago Shago en ti me embriago

Y las ansias ya huelen a peca´o...

 

Oya, Oya.  Piedad: Oggun, Oggun

Pasión y conga, soy loco tritón

Ululándole al mar meneitos de son

soñando en tierra o en redondo ataúd...

 

Soy ese perrito cantante de tu manada

Y aunque: Ni traje traje, ni nado nada

Seguiré tocándote los cueros ¿Y qué bolá...?

 

Ana Gloria Buduén, que es mi mamá cubana, insiste que tenerla es una locura y que debemos ir a la bahía a devolverla al mar pues esas sirenas-hembras, contaban sus ancestros, son la perdición de los hombres y no se diga de los artistas. Pero ella sabe que Bárbara es para nosotros una segura fuente de dólares convertibles cubanos. Ejemplo: Pintores hasta de Bora Bora nos solicitan que pose para ellos, y así lo hace, pero siempre acá en el 16 Plantas de Martí y no les importa subir cientos de escalones cuando nos tocan apagones, cargan con velas, lámparas, queroseno o luz brillante y hasta alguna pequeña planta de luz; y cientos de condones, inflados a modo de globos anuncian el inicio del carnaval. Comienza a correr la champaña y cuando se acaba, el ron rompepecho, Mulata, Guayabita del Pinar sin faltar el Chispa de Tren corren como ríos; son tan expendidos que mandan traer cajitas y cajitas de comida para todo el piso donde vivimos e irremediablemente, de la nada, aparecen santeros, bailarinas exóticas, músicos mambises, enanos, magos, poetas, cuenteros, histriones, sopranos, tenores... El elevador descompuesto se convierte en una trapichoping donde se puede comprar desde un biquini hasta látigos de medio uso.

Y la palabra Verija se vuelve comezón en la boca, las manos, la cadera ya es ulular irrefrenable seguido de ese olor tremebundis a pescado de Siboney.

Pero el llanto de Bárbara nos duele.  Ella, nuestra virgen mentora, nos duele... Hasta que un bramido sube al balcón y la cola de Bárbara comienza a crecer hasta convertirse en hambrientas alas negras sedientas de lectores, sí, en medio de ese bayú, nunca ha faltado un despistado lector que es succionado por el remolino de sus alas y que lo han de llevar a engrosar las listas de Hospitales Psicológicos de casi toda nuestra isla...

(Montañas de Huxquilucan, Estado de México...)

 

 

FRANCISCO ÁLVAREZ KOKI

Francisco Álvarez Álvarez, conocido en el ámbito literario como Francisco Álvarez Koki. Nació en 1957, en el barrio de A Estivada, en la villa marinera de A Guarda, Galicia. Es autor de una amplia obra poética, narrativa y periodística tanto en lengua gallega como castellana. No escribe para matar su vanidad, ni para regocijo de los que mandan. Su poesía es directa si es social, e intimista hasta la piel del alma, si es amorosa. En el año 1977, Koki emigra a Francia, para trabajar en las fábricas Bonduelle, donde compite una temporada. Se casa en 1980 y publica su primer libro Lexanías, en gallego. Es miembro de la Asociación de escritores en lengua gallega. En 1984, emigra a Estados Unidos. El embate de su experiencia neoyorquina da su primer resultado literario con el libro Mais alo de Finisterre. Edición de la Diputación Provincial de Pontevedra, Mais alo de Fisterre es un libro duro. Que define el choque del poeta con la urbe capitalista y la función de un país definido como los romanos del siglo XXI. Al mismo tiempo y en castellano comienza a escribir Sombra de Luna, libro que terminaría en 2015 en la Huerta de San Vicente en Granada, residencia de Federico García Lorca. Sombra de Luna es un libro de treinta años. Un libro extenso, humilde y profundo, donde el poeta palpa el desorden, el caos de un mundo, que necesita ser inventado.

Los maestros de Koki han sido los poetas, por eso en su obra, encontramos ecos de, Lorca, de Miguel Hernández, Neruda, César Vallejo, Rosalía de Castro, etc.

Durante estos treinta años, el poeta publica otros muchos títulos, tanto en gallego como en castellano. El poeta había sido activista cultural en Galicia, y de manera independiente desde el Colectivo Celso Emilio Ferreiro, lo es en Nueva York, donde anima tertulias u organiza ediciones de libros y lecturas.

El poeta salta a la narrativa con Ratas en Manhattan, libro de cuentos que relata las experiencias de emigrantes en la búsqueda del sueño americano. Editado en gallego por la editorial Sotelo Blanco, Santiago de Compostela, 2007, y traducido al castellano por la editorial Chiado, Madrid, 2013. También para niños, escribe un cuento en defensa del gallego, motivado por la emigración en que los padres se olvidan de transmitir la lengua y la cultura a sus hijos: Un neno na emigración, en gallego, español e inglés, Edición do Cumio, Pontevedra, 2011. En estos días presentará en Nueva York la antología de toda su poesía amorosa desde 1980 hasta 2017. Antología de la cual ya se han publicado cuatro ediciones aunque es la primera en esta editorial Sial Pigmalión Madrid.

Francisco Álvarez ha cosechado algunos premios. Como el Hernán Esquío 2014, en El Ferrol, España, menciones honoríficas del círculo de escritores y poetas iberoamericanos de Nueva York. El libro Sombra de Luna obtuvo el premio Escriduende al mejor libro de poesía social de la feria del libro de Madrid 2016.

Koki fue representante de la UNESCO de Galicia en la Naciones Unidas durante algunos años. También fue corresponsal del diario A Peneira en gallego.

Más sobre su biografía y obras en Suplemento de Realidades y Ficciones Nº 90:

https://colaboraciones-literatura-y-algo-mas.blogspot.com/2021/06/

 

lolakoki1@gmail.com

 

 

UNA MUJER ME ESPERA

Francisco Álvarez Koki ©

 

Una mujer me espera

ada mañana al alba

con su pelo suelto

como la palabra

y sus ojos negros

como lunas claras.

Una mujer me espera

hecha abecedario

con su sonrisa inmensa

y su trágico llanto.

Voy como las esferas

silencioso y girando

dormido en tus dos pechos

de limones y dardos.

Te beso entre tu vida,

siempre en tránsito,

y me muero contigo

en cada orgasmo.

 

 

A WOMAN WAITS UP FOR ME

Francisco Álvarez Koki ©

 

A woman waits up for me

every morning at dawn

with her hair down

like the word

and her dark eyes

like clear moons.

A woman, made alphabet,

Waits up for me

With her ample smile

And her tragic tears.

Like the spheres, I move along,

Quietly turning,

Asleep between your breasts

Of lemons and darts.

I kiss you between your lips,

always in passing,

and in each orgasm

I die with you.

 

 

AMO

Francisco Álvarez Koki ©

 

Amo tus grandes ojos

como las noches de luna llena,

que riza nuestros besos.

Amo tus palabras…

que tímidamente callaste

cuando empezabas a amarme,

y amo esos suspiros

que lánguidamente derramas

sobre el alma de mi cuerpo

todas las mañanas

cuando tremendamente me amas

más allá de todo silencio

y toda consonancia.

 

 

I LOVE

Francisco Álvarez Koki ©

 

I love your big eyes

like full moon nights

that curl our kisses,

I love your words…

that timidly you silenced

when you began to love me,

and I love those sighs

that languidly you spill

over the soul of my body

every morning,

when you love me terribly

beyond all silence

and all consonance.

 

 

SEMENTERA

Francisco Álvarez Koki ©

 

Me gusta cuando siembras

mi cuerpo de esperanzas

y me gusta cuando callas

tus dulces palabras,

cuando huelo tus flores

que en mi estudio tiemblan

al viento de mis suspiros

que buscan tus labios.

Todos los papeles, todos,

esperan tu mirada,

de cuando lees mis versos,

con ansia callada.

Tus flores me hablan de ti

y alegran mi estancia,

porque ellas conservan tus besos

y nuestras palabras.

 

 

SEED PLANTER

Francisco Álvarez Koki ©

 

I like you when you plant

hope on my body,

and I like you when you silence

your sweets words,

when I smell your flowers

that tremble in my study

to the breeze of my sighs

that search for your lips.

All the papers, all of them

await the look that you have

when you read my poems

with silent expectation.

Your flowers speak to me of you

and they make my room happy,

for they hold your kisses

and our words.

 

 

HAIDÉ DAIBAN

(Ciudad de Buenos Aires, Argentina). Farmacéutica, ex docente de la Facultad de Farmacia, UBA. Alumna de la escritora Syria Poletti con la que editó Cuentos desde el taller. Con Lucila Févola fue cofundadora de la revista literaria Tamaño Oficio, con la que colabora desde hace veinticinco años.

Es autora de los siguientes libros de:

• Poesía: Plegarias del Siglo XX, Con el tiempo a cuestas, Los indicios.

• Cuentos: El rabdomante y otros cuentos (Isidoro Blaisten colaboró en la supervisión para su edición), Historias de muchos, Cuentos con sabores, El hombre de la máscara y otros cuentos.

• Poemas lunfardos y letras de tango: Todo tango, Tangos y poemas del nuevo siglo, Algo más sobre tango.

Más de sus obras en los números 73, 75, 77, 79, 84, 86 y 89 del Suplemento de Realidades y Ficciones (ver ÍNDICE DE SUPLEMENTOS), o por su apellido en ÍNDICE DE AUTORES, en http://colaboraciones-literatura-y-algo-mas.blogspot.com/).

 

dhdaiban@gmail.com

 

 

AL REENCUENTRO

Haidé Daiban ©

 

Trotando entre polvaredas

va el jinete con su amigo,

lo lleva por esas sendas

en busca de su destino.

 

Cabizbajo con su amarga

mirada hacia el horizonte,

es la tristeza que carga

desde niño, este hombre.

 

Nadie repara su paso,

él, deambula recorridos,

quizá busca el perfume

de la tierra en que ha vivido.

 

Tierra yerma y de pobreza,

con ilusión entre llantos

fue sacándole nobleza

y encalleciendo sus manos.

 

El caballo fue su cuna

y el árbol su confidente,

todo el campo su fortuna

un vivir alta la frente.

 

Paso a paso va camino

a su galaxia pampeana

con su pregón ya cansino

al encuentro de un mañana.

 

Su tierra no se ha borrado,

solo él cambió su rumbo,

las huellas lo han guiado

después de los tantos tumbos…

 

Hasta el horizonte, fiel,

lo espera como un amigo

y siente ya en la piel

que no ha errado el camino.

 

 

HOJA CENTELLANTE

Haidé Daiban ©

 

La hoja, pálida, blanca, repentinamente oscura. La palabra se funde en ella, cualquier palabra, la iluminada, la obtusa, la conocida, repetida, cotidiana.

Resistir a la busca de la perfecta, la igualmente ocultas. ¿Todas?, quizá alguna bracee entre el oleaje nocturno y salga del laberinto negro, alguna que se destaque por su belleza, por su voz de sonido metálico, por su riesgo de querer salvarse, hay sonoridad de letras bailoteando.

La noche avanza, la luz del velador comienza a opacarse.

Hay un llamado al alba que los párpados conocen y entonces todo desaparece como los renglones de la hoja, nacida blanca, crecida oscura.

Campanas lejanas extienden las ondas con despliegue de alas y planean en la noche hasta chocar con mi ventana, es el carrillón que me despierta, que me azuza para seguir en la búsqueda, para que el fracaso no ocurra y mi memoria en flor se abra. Ya es la hora de la pesadilla, la recurrente de las cuatro de la mañana. Todo tiene el tizne del carbón, pero yo necesito la brasa, el calor, la luz, el fuego…

En mi mano la lapicera se resbala de cansancio, tiende a deslizarse, callada, para desaparecer bajo la mesa de roble, bajo lo que quedó de aquel robusto roble del bosque. El aroma del roble impregna el cuarto.

Las campanas enronquecieron, el baile de letras juega a mi alrededor, es que desea que el mareo, como marea, me ahogue en la confusión de dudas, que crea esa falsa elección de mi mente…

Un aire frío entra por la ranura de la ventana, me señala, quizá, que todo puede llegar a congelarse, me susurra que el tiempo pasa y debo acelerar la elección.

Los párpados se esfuerzan por detectar la hoja blanca, la superficie virgen que me espera a esta hora del amor.

Una mariposa entra gozosa a mi encierro con el mensaje efímero de su vida. Trato de atraparla, se desvanece mágicamente y en ese momento detecto un brillo en un rincón de la pared, mi lapicera, inmóvil, yace escondida. Enciendo el velador y un arco iris se proyecta en las paredes atravesando los caireles de cristal.

Mi hoja, al fin, centellea y la palabra se extiende, se expande, se ilumina. Me ilumina.

 

 

SI…?

Haidé Daiban ©

 

Amargos días

de trágicas esperas,

el sol declina,

huye del mundo.

 

En la cercana oscuridad

se palpan las cosas,

se adivinan sus formas,

se intuyen presencias,

se cree en lo presente

y se duda del futuro.

 

¿Si el sol no llegara mañana?

¿Si se desvanecieran las presencias?

¿Si la soledad

fuera la última,

próxima compañía?

 

 

NO, NO A TI

Haidé Daiban ©

 

No, no a ti

padre amoroso

de hijos palpitantes.

No, no a ti

madre protectora

de dulce mirada.

No, no al obrero

de esta tierra

ayudando a un futuro

que ya no es prístino ni calmo.

No, no a ti

amigo de días felices

y cielos centellantes.

No, no a ti

que tanto luchaste,

tu mano extendida

en el alerta cotidiano.

No alzaré mi Arma

ni mi palabra hiriente

no destruiré tu esperanza,

solo rezaré contigo

por la Paz prometida,

por el camino justo

por un sol naciente.

 

 

JORGE OSCAR MOZZINO

Nació en Buenos Aires, Argentina, el 9/2/1947. Vive desde 1999 en Bella Vista, Provincia de Buenos Aires, con su esposa Olga y sus hijos Jorge y Oscar.

Ha sido seleccionado para integrar varias antologías. Dos de estas últimas son las dirigidas por la escritora Olga Beatriz Benditto, Cuentos en Jitanjáfora (2015) y Susurros de cielo e infierno (2017).

Más de sus obras y sobre su trayectoria literaria en los números 63, 68, 73 y 95 del Suplemento de Realidades y Ficciones (ver ÍNDICE DE SUPLEMENTOS o, por su apellido, en ÍNDICE DE AUTORES), en http://colaboraciones-literatura-y-algo-mas.blogspot.com/).

 

jomozzino@yahoo.com

 

 

FUE A LA MADRUGADA

Jorge Oscar Mozzino ©

 

Casi no pudo dormir… se incorporó… una sonrisa triste se dibujó en su boca.

Decidió afeitarse. Se miró al espejo… ¡Qué lástima! Pensó. La espuma le ocultó la cara; solo los ojos y la nariz sobresalían de ese globo blanco que le recordaba a los muñecos de nieve. ¡Ah!... ¡Cuántas veces había jugado con sus hermanos hundiéndose en el blanco jardín de su casa! Le pareció tan lejano.

Tendría que haberla dejado ir; si el motivo del ataque se había logrado…

Pasaba la máquina con precisión quirúrgica. ¿Para qué tanta perfección? No podía evitar mirarse constantemente a los ojos. Su mirada era apagada, sin la vivacidad que siempre lo había destacado. En cada pasada encontraba menos resistencia.

Se acarició la piel… ¡La sintió tan suave! Sus ojos acompañaban a los dedos.

Pensó que ella lo delataría… ¿Pero cómo? Si no lo conocía…

Se quedó largo rato disfrutando la imagen que el espejo devolvía. Pensó en todo lo que hubiera podido ser. Sintió que no necesitaba nada. Se declaró muy feliz.

Vuelve a verse en el espejo. Pasa las manos, una y otra vez, por la cara y el cuello…En especial por el cuello…Los dedos le parecen ásperos y que al acariciar va a lastimar su suave piel de porcelana.

Fue a la madrugada… No se resistió… Solo gritaba: ¡No me mates!, ¡no me mates!

Por la ventanita se filtran tímidamente los primeros rayos de sol… Llaman a la puerta… es el padre Antonio con su voz ronca y rituales secretos… Corre a mirarse nuevamente al espejo. Voy a volver a empezar, se promete.

Tenía el cuello tan suave como el mío… No me pude resistir.

Esposado, no puede acariciarse. Se lamenta de cómo va a arrugar su aterciopelado cuello esa burda soga.

 

 

LA ALFOMBRA AMARILLA

Jorge Oscar Mozzino ©

 

A los dieciocho años ingresé como empleado administrativo en Gómez y Cía., una tienda del barrio de Once dedicada a la venta mayorista de telas de tapicería. Era lo que pude conseguir para costearme la carrera de Ingeniería Civil.

No nací para pasarme la vida en una oficina. Desde chico mi carácter aventurero me dijo que estaba para grandes cosas. El mundo me esperaba, y yo iba a ir a su encuentro. Era solo cuestión de recibirme y eso era sólo cuestión de tiempo. ¡Tenía tantos proyectos exitosos!

A los veintidós años comencé a noviar con Cristina. Nos conocíamos del club. Los dos éramos fanáticos del básquet y asistíamos a todos los partidos de la liga. Cuando le conté mis proyectos no pareció muy entusiasmada, pero yo no estaba dispuesto a pasarme el resto de mi vida entre cuatro paredes.

Ella era maestra en una escuela del barrio. No le atraía la idea de recorrer el mundo cuando me recibiera. Yo siempre le decía: ¿pero qué vamos a hacer aquí? Yo, en una oficina y vos en un aula.

Cuando nos casamos solo tenía hecha la mitad de la carrera. Para mí nunca fue problema estudiar. Aprendía todo sin esfuerzo. Una leída y un repaso me bastaban para aprobar cualquier materia.

La necesidad de aumentar los ingresos para atender a la familia, me llevaron a trabajar horas extras. Esos pesos adicionales venían muy bien para satisfacer nuestras necesidades. Son tantas las cosas que hacen falta cuando uno se casa. Pero eso sí, cuando saliera de algunas deudas iba a retomar la facultad. Cristina me apoyaba mucho en eso. La vida es lucha y yo estaba preparado para luchar y triunfar.

Cuando Cristina me dijo que estaba embarazada, lo primero que imaginé fue verme con mi esposa e hijo paseando en camello frente a las pirámides en Egipto. Tengo una debilidad por las pirámides. He leído mucho y tengo mi propia teoría sobre su construcción. Tanto, que tenía un proyecto para construir una nueva pirámide, más alta que las existentes. Pero eso iba a ser cuando me recibiera. ¡Cómo me iba a admirar el mundo!

Nació Pablito. Tuve que dejar la facultad. Necesitaba ganar lo más posible y el escaso tiempo disponible lo dedicaba a la familia. Me iba temprano a la mañana y volvía casi de noche. No perdía oportunidad de hacer horas extras. Una vez que me estabilizara volvería a estudiar y luego si, a conquistar el mundo.

En mi trabajo no todas fueron rosas. Tuve épocas difíciles, con muy bajos niveles de ventas, pero por suerte no me despidieron. Es que siempre fui muy dedicado.

Pablito también siguió ingeniería, no pudo terminar porque se casó, después vino Marianita y bueno, la vida se le complicó un poco. Pero salió a mí, Tiene unas ideas. ¡Geniales! Desarrolló un nuevo sistema de construcción, uno que impide la caída de un edificio en caso de ser chocado por un avión. Trabajó mucho en esta idea a raíz del derrumbe de las Torres Gemelas y estoy seguro que cuando la presente va a impactar al mundo y con seguridad la sociedad de ingenieros de los Estados Unidos lo va a premiar.

Yo ya estoy jubilado. ¡Qué buena vida que tuve! Mi principal pasatiempo es jugar con Marianita. Me traje de la tienda un retazo grande como una sábana de una tela gruesa, amarilla. La pongo en el piso. Como una alfombra. Marianita se sube a caballo mío. Yo doblo un poco la espalda para parecer una joroba. ¡Cómo nos divertimos! El otro día Cristina nos sacó una foto. La alfombra parece las ardientes arenas de Egipto y al fondo se ve la repisa donde tenemos la pirámide de mármol que compramos en Mar de Ajó. ¡Sí vieran lo lindo que estamos!

 

 

GOYA GUTIÉRREZ LANERO

Nacida en Cabolafuente (Zaragoza), España, en 1954; reside en Castelldefels (Barcelona). Es poeta, narradora y crítica literaria. Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad Central de Barcelona (UB). Ha sido profesora titular de instituto impartiendo la asignatura de lengua y literatura castellanas. Es coeditora y directora de la revista literaria Alga desde hace diecinueve años www.castelldefels.org/alga, editada en formato impreso en papel y digitalmente.

Ha publicado las plaquettes Regresar, Bauma Cuadernos de poesía (Barcelona, 1995) y Desde la oscuridad/From the darkness, Carmina in minima re (Barcelona, 2014), y los poemarios De mares y espumas, La mano en el cajón (Barcelona, 2001), La mirada y el viaje, Emboscall (Barcelona, 2004), El cantar de las amantes, Emboscall (Barcelona, 2006), Ánforas, Devenir (Madrid, 2009), Hacia lo abierto, edición de autora (Barcelona, 2011), Grietas de luz, Vaso Roto Ediciones (México-Madrid, 2015), Y a pesar de la niebla, In-Verso (Barcelona, 2018) y Pozo pródigo (Zaragoza, Olifante Ediciones de Poesía, 2022). También, la novela Seres circulares, Ebook, Amazon, 2019.

La revista Ínsula 832, de abril de 2016, consideró como uno de los mejores libros recomendados publicados en el 2015 al poemario Grietas de luz (Vaso-Roto).

Sus poemas, narraciones y comentarios críticos han sido publicados en revistas como Alga, Turia, Cuadernos del Ateneo, Cuadernos del Matemático, El Periódico de Poesía, The Barcelona Review, Barcarola, Encuentros en Catay, La Libélula Vaga, La experiencia de la libertad o Piedra del Molino, entre otras. Su obra poética ha sido incluida en una treintena de antologías impresas en papel y en formato digital. Ha participado como invitada en diversos festivales de poesía como el Festival Internacional de Poesía de Curtea De Arges 2015 (Rumanía) o el X Festival Internacional de Poesía El Moncayo 2011, entre otros. Poemas suyos han sido traducidos al catalán, rumano, italiano e inglés.

Para más información ver: www.goya-gutierrez-lanero.com

Realidades y Ficciones – Revista Literaria publicó un artículo de su autoría en:

https://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com/2014/09/  (Nº 18), y

una entrevista que le hiciera el escritor albanés Peter Tase en:

https://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com/2014/06/ (Nº 17)

Asimismo, el Suplemento de Realidades y Ficciones Nº 93, publicó poemas en:

https://colaboraciones-literatura-y-algo-mas.blogspot.com/2022/03/

También se la puede encontrar en Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Goya_Gutiérrez

goya.gutierrez@telefonica.net

 

 

Tanto tiempo anduve tan desierta de ti… *

Vuelven las golondrinas del recuerdo, el color penetrante

emanado de las guirnaldas fúnebres,

el olor del incienso consumido, preámbulo

del peso ligero de la muerte en los hombros

abriendo los senderos con mis pies los pies desnudos

y sangrantes, los pedales de la pobreza, los esputos, las uñas

de animales sagrados, el trasiego por las vidas en

las nubes de tierra polvorienta,

el tintinear del oro, las palabras atemporales

allegados son iguales,

la estrechez que se abre, se bifurca, desemboca

en el puerto

del fuego, la ceniza que se ha de expandir y rotar

hacia otro principio,

la ceniza gestada en el hogar, mezclada con el agua

de mi lejana infancia

con que mi madre expulsaba la infernal calentura.

Se alzan los altares, los rincones sagrados del tiempo

que exorcizan el miedo a caer en ese pozo aciago,

en la vorágine del río de la muerte

y el eterno retorno.

 

Tanto tiempo estuve tan desierta de ti deambulando

entregada al azaroso soplo de los vientos y a su libertad,

que no oí las campanas anunciando el incendio

que asolaba su casa.

No reniego del libre errar de mis pasos que impotentes

a los males del mundo construyen una fe renacida

hija del desespero

que es amor y es vacío, un silencio en tu hueco

donde vierto mis preces

por quienes sigo amando, porque la ira de todos

los aullidos

afine sus acordes, amanse poco a poco su cólera.

Goya Gutiérrez ©

 

* Del libro “Pozo pródigo”, (Olifante Ediciones de Poesía, Zaragoza, 2022)

 

 

JULIÁN ALEGRÍA

Buenos Aires, Argentina. Escritor aficionado, técnico químico. Ha recorrido América financiando en parte el viaje con su libro Trece historias contra toda superstición, de armado artesanal, es decir que no está publicado por editorial comercial alguna.

Más de sus obras en Suplemento de Realidades y Ficciones Nº 75:

https://colaboraciones-literatura-y-algo-mas.blogspot.com/2017/12/

 

alegriajulian@gmail.com

 

 

¡MUERTE AL MONSTRUO!

Julián Alegría ©

 

Ayer nomás, caminaba y la vida se me descubría en todos los sentidos a los que yo mirase. Si lo que quería era fijar mi atención en mis costados, encontraba allí siluetas traducidas en motivos que se movían constantemente a mi alrededor, y, divertidas, jugaban entre ellas invitándome amablemente a participar. Si lo deseaba, podía detenerme a mirar hacia atrás y ver cómo otras rezagadas siluetas, apartadas por diversos motivos, se entretenían por sí solas a una gran distancia. Lo más atrevido estaba sin dudas hacia delante, y es por eso que me gustaba tanto caminar sin rumbo, hacia ningún lado más que aquel en el que quería estar.

El monstruo, por su parte, siempre ofrecía placeres intentando comprar mi agrado, pero para su desgracia yo era duro de atinar, y no tenía más remedio entonces que, como todo buen monstruo, mutar; transformarse en un ser halagador y amable para intentar una vez más seducirme, y luego, una vez cumplido su certero artilugio, teniéndome, controlándome, convertirse en una masa uniforme del más perverso de los monstruos que hay sobre la Tierra; el más letal, injusto y eficaz de todos. Su infinita edad lo había dotado de todo tipo de sabiduría por más cruel que resulten sus fines, y sabe a la perfección que sin generación de miedo, no existe control posible. Lo enloquecedor, lo punzante del asunto está en el hecho de que él sí es un monstruo de verdad. El único del mundo real, ese que supera con creces a aquellos tan temidos que generación tras generación fueron creados por soñadores, es decir, por esos tipos que condimentan la realidad de los hombres con su magia.

La habitación de La Voz era mi lugar en el mundo, ahí llegaba y al instante sentía familiaridades tales como lo singular de un sillón que parecía haber estado siempre esperando mi regreso, mullido y con resaca de la última vez en que me había sentado sobre él por largas horas. La luz del sol entraba por el gigante ventanal con vista al afuera de la habitación, y era atenuada de una forma maravillosa gracias a las también gigantes y pesadas cortinas color gris que siempre estuvieron, al menos desde que tengo uso de razón, repletas de polvo que duplicaban su peso. El tiempo hacía que nuevos polvos se acumulasen en ellas, y parte heterogénea de viejos con nuevos se entremezclaban en el aire cada vez que abría la habitación o hacía egreso de ella, es decir, los únicos dos momentos en los que se aireaba el ambiente, los únicos rastros de vida y movimiento en aquella habitación vacía excepto por La Voz, indistinguible y oculta tras las miles de partículas de polvo que, suspendidas en el aire, y combinadas con los rayos de sol que se filtraban de la cortina, mantenían en secreto su verdadera imagen. Así era y así me gustaba que fuese. El anonimato de La Voz me invitaba a la posibilidad de crear a gusto su imagen, y poco tardé, por supuesto, en acabar por glorificarla sin sobredimensionarla, pero agradecido interiormente de haber tenido la extraordinaria posibilidad de conocerla.

Cierta vez, algún día, cualquier día, en medio de una de nuestras tantas interminables charlas abstractas que a menudo desembocaban en intensos y esclarecedores monólogos suyos, perfectos según mi concepción de las cosas al punto que no podía hacer más nada que callar y admirarla, me dijo:

—La vida es más simple de lo que creés, pero mucho más compleja de lo que la mayoría puede entender. Hay que saber, y este aspecto es fundamental si se quiere ser alguien libre y capaz, que no podemos ser siempre una misma persona. No creas que los cambios de parecer deben de ser a mediado o largo plazo. No es así, eso no es verdad, pero tampoco es para cualquiera. No todos pueden ser capaces de ser concientes de esto y no en enloquecer en el intento. ¿En dónde es que está escrito el tiempo establecido como correcto para abandonar una idea y tomar otra?

Permanecí en silencio, aceptando y masticando pensamientos, y la prolongación de aquel silencio fue tomada por La Voz como una interpretación, nada errónea, de que mi ignorancia deseaba saciarse y en sus palabras estuviese la llave de la puerta que necesitaba abrir.

—En ningún lado —se respondió a sí misma habiendo dejado un intervalo de tiempo dulce y perfecto entre la pregunta y su respuesta—. Así son las cosas, si tu deseo es ampliar el límite de tus posibilidades de intelecto, es indispensable que nunca pienses de igual manera. Ni siquiera de un día al otro, menos aún, claro está, durante el transcurso de esta conversación. El camino es duro, triste y amargo.

Supongo que cualquiera puede imaginarse el alboroto mental con el que me retiraba siempre de aquella habitación tras largas horas de intensos diálogos y palabreríos. Todo resultaba tener ser color blanco, cada uno de los componentes del universo me llenaban de dudas y paz al mismo tiempo. Expectativas, razones de vida, misterios eléctricos que encandilaban a mis dos ojos desnudándose posibles y tiesos; humanos. La vuelta a casa resultaba entonces tan introspectiva y personal que cualquier cosa era ajena a mi persona, y aun así, aún presuntamente vulnerable por dejarme arrastrar por las abstracciones que me alejaban de los asuntos mundanos, nada ni nadie podía penetrarme, con todo lo que aquello abarca. La solidez del convencimiento es la mejor de las corazas humanas, pero también la más peligrosa, y solo en esas situaciones el monstruo puede anularse y volverse sencillamente inofensivo que es, después de todo, el triste único consuelo y lo que buscamos hacer todo el tiempo. Cuando así estaba, el monstruo no me hablaba ni amenazaba, y creo deberle aquello sin dudas a esa coraza que, después de todo, generaba que el monstruo temiese de mí, y a decir verdad, no es una hipótesis nada descabellada. Durante aquellas suposiciones mi mente entraba en retrospectiva y me traía pasajes aleatorios pero subconscientemente atinados de monólogos de La Voz desparramados en el tiempo:

—Cuanto mejor y más fuerte te sientas, más cerca estarás de ganar tu propia batalla. Con esto quiero decirte que lo que el Universo tiene de enigmático y encantador, también lo tiene de amplio. Ganale al monstruo, hoy. Empezá por vos mismo. Una vez que hayas logrado eso, liberate de toda preocupación en cuanto al monstruo, de lo contrario serás vos quien en verdad esté perdiendo, porque después de todo, lo que ocupa al presente es todo lo que importa. No especules en las estrategias que tendrás que hacer para ganarle mañana. Conformate con ganar en el presente, constantemente, y si lográs aquello, entonces habrás ganado siempre.

Eran tan fuerte la relativización, y tantas las posibilidades que se abrían ante todo aspecto que a menudo me sobrepasaban, y la confusión entremezclada con el olvido puede hacernos tragar cuando aún no se ha terminado de masticar. ¿Cuántas veces se debía de masticar una idea? ¿Existe acaso algún número que garantice la justificación? Las noches baratas con siluetas arrogantes pronto amainaron, y mi búsqueda de la más perfecta de las siluetas se inundaba de fe, bañando a mi propio cuerpo del convencimiento vencedor. Regresaba entonces cada vez con mayor frecuencia a la habitación de La Voz, y sus recomendaciones empalagaban de misterios revelados a mis curiosos oídos. Me creía cada vez más cerca de la puerta final, y, desnudando mi intimidad más profunda, no tenía el más mínimo interés en llegar a tener todas las llaves. Solo quería seguir abriendo, para poder respirar de aquellas partículas de polvo, precio a pagar y consecuencia de las ventajas únicas de poder seguir escuchando a La Voz. No podía olvidar sus enseñanzas, y a la vez no debía tampoco —según su propia recomendación— permanecer convencido por mucho tiempo, y es por ello que hasta a veces me forzaba a mí mismo en no creer sus palabras, y me preguntaba si acaso podía estar ella también mintiéndome. Tanto fue así que paulatinamente se fueron forjando en mi interior ganas, al principio livianas, y luego redundantes, de terminar de una vez por todas con ese enigma halagador que sin querer darme cuenta estaba empezando a odiar; anhelaba saber su identidad. Me preguntaba como es que sería el conjunto de moléculas orgánicas que la formaba y la hacía, igual que a mí, un ser humano.

Un buen día, por la calle y camino a la habitación, me detuve en la vereda de forma repentina y abrupta. La gente tropezó conmigo luego de que una loca especulación me había obligado a detener el paso, y la marea de movimiento de personas que caracteriza a las ciudades, no esperando el imprevisto, me golpeó toscamente una y otra vez, por momentos con leve intensidad, a veces con choques bruscos. Hacía un buen rato que el monstruo me hacía compañía aquel día, y me pinchaba, de hecho, era ese precisamente el motivo por el que me dirigía a la habitación de La Voz, ya que, en esos últimos días, el monstruo por alguna razón se había empecinado en persuadirme, y pensé que tal vez podía deberse a que me pudo haber notado un tanto débil. Basta con lanzar una pequeña piedra al montón para desencadenar una avalancha, y alcanza con sembrar tan solo una sola semilla de duda para que de ella florezcan paranoias determinantes. La loca especulación que acontecía en mi mente era perversa y desalentadora, pero absolutamente posible, después de todo, no podía yo de ninguna manera asegurar lo contrario.

Llegué aquel día y me senté en el sillón de la habitación como si nada raro ocurriese. Con total naturalidad, demoramos muy poco tiempo en entrar en una conversación, y como a menudo también sucedía, decantó en un monólogo de La Voz que por primera vez yo lo recibía de otra manera, y por primera vez, también, presté atención verdadera a cosas tan simples antes ignoradas como, por ejemplo, la forma en que estaba compuesta aquella habitación. No había muebles, no había espejos, no había cama ni electricidad. El piso era un piso maltratado de madera que aquel día, como tantas otras cosas, por primera vez noté que rechinaba fuertemente al caminarlo. Además del inmenso ventanal y sus cortinas, estaba mi sillón y, casi con seguridad, el sillón en donde se suponía que La Voz se sentaba. Nunca me había preguntado algo tan básico y evidente como el hecho de saber si La Voz estaba sentada o de pie, y en mi intento por planificar ese mismo día el fin del misterio, como no podía verla, intenté agudizar mi oído para interpretar la dirección exacta de la que se emitía el sonido de La Voz; un escalofrío antecedió a la sensación de saberme a punto de una crisis nerviosa. Las respuestas a las hipótesis en torno a su identidad seguían la misma línea y se correspondían con el origen del sonido de La Voz en el espacio. Solo bastaba comprobar con mis ojos para confirmar toda duda y descreer de allí en más y para siempre todas sus palabras. Solo me faltaba ver. Nunca antes en mi vida me había sentido tan interesado por algo, y una desilusión como la que se avecinaba no era nada más que una piedra en el camino, más bien era la pérdida absoluta de todo camino; mi vuelta a la deriva de la que creía haber escapado para ya no volver. Bien sabía que era mejor enfrentar ese riesgo que quedarme en ciega duda. Pronto entonces empecé a estar inquieto, mis manos ansiosas transpiraban a la vez que mis piernas se endurecían como no queriendo avanzar. El cuello me picaba, también la espalda, un poco el hombro y bastante las rodillas. Las palabras de La Voz iban y venían, salían y rebotaban por todos los rincones de la vacía habitación dejando un suave eco que yo ya no era capaz de seguir soportando un segundo más. Tenía que actuar inmediatamente, en ese preciso instante.

—¡¿Quién sos?! —grité al tiempo que me levanté del sillón y corrí de un tirón la inmensa cortina del ventanal.

La luz entró, y la realidad vomitó mis ojos. Sentí que algo se desprendía de mí y se alejaba caminando sin retorno hacia atrás, mirándome, riendo. Pude también observar la situación desde la visión de aquel, y entonces me vi, patético y triste contemplando el inmenso vacío que me rodeaba. Estaba en aquella habitación completamente solo; La Voz nunca había existido. El monstruo entonces, gigante como nunca antes, atravesó la puerta dispuesto a enfrentarme. En la furia de sus ojos pude ver la acumulación de tiempo que había estado esperando a que aquello sucediese. El alma se me congeló del terror al verlo, feroz y feliz, perverso y al acecho a punto de acabar conmigo. Cerré los ojos y escapé. Todo el tiempo invertido, finalmente, resultó en vano. El monstruo siempre me ha ganado.

 

 

JAIME LUSTGARTEN STECKERL

Nació el 6 de noviembre de 1952 en Barranquilla, Colombia, donde reside, hijo de inmigrantes judíos que huyeron de una Europa infestada de nazismo. Publicó en 2009 la novela La Casa de los Cauchos (Barranquilla, Fama Producciones Litografía, 2009). Le gusta la actividad cívica y es cofundador del Frente Amplio Cívico por el Rescate de Barranquilla y la ONG Cívicos en Acción. Escribe regularmente para el diario La Libertad de Barranquilla y es corresponsal del periódico El Satélite. Su pasión es leer y disfruta de escribir en el tiempo libre. Es empresario de la construcción y tiene inversiones en empresas del sector textil.

Más de sus obras en los números 61, 92 y 94 del Suplemento de Realidades y Ficciones (ver ÍNDICE DE SUPLEMENTOS), o por su apellido en ÍNDICE DE AUTORES, en http://colaboraciones-literatura-y-algo-mas.blogspot.com/).

jaimelustgartens@yahoo.com

https://www.noalcarbonsialavida.com/

 

 

EL ÚLTIMO CUMPLEAÑOS

Jaime Lustgarten Steckerl ©

 

Llegó el onomástico esperado de Aníbal, y Nadime, su mujer, le organizó la rumba en un parque contiguo al lago del Cisne.

Desde el día anterior desplazaron la logística: tortas y velas, mesas y sillas, tarima con globos, luces de colores y potente amplificación y baños portátiles. Solo faltaba la orquesta y la exquisita comida. Hasta un guardaespaldas se había preparado para resguardar al patrón.

Pero no existe fiesta en lugar público adonde no aparezcan los indeseados a gorrear trago, más si ofrecen whisky Bucannas 18 años o ese aguardiente amarillo que se hizo popular.

Aunque las armas y el ron no se compaginan, “todo terminaría mal por culpa de una prostituta”, ese era el comentario en la barriada.

Cuando quisieron darse cuenta, las balas zumbaban y los muertos caían en medio de la gritería y el llanto. “No dejen entrar a esa puta”, dijo el cumplimentado.

Cuando quisieron reaccionar ya era muy tarde. “Pum, Pum, Pum”, sonaron los disparos con las armas automáticas.

Los invitados y turistas, asustados, corrieron como gacelas despavoridas, mientras que los victimarios agarraron sus camionetas de cuatro puertas y huyeron del lugar.

La policía aún los está buscando, mientras que la inocente Nadime llora con desconsuelo al marido abatido en el festín de cumpleaños. Aunque la despampanante puta, que fue moza del occiso, se fue muy oronda.

Esta es la infeliz historia de una urbe que se muere de risa en cada aurora y que cada año festeja su carnaval y entierra a su Joselito.

Aún cuando dirán algunos que para qué darse mala vida. “El muerto va al hoyo y el vivo al bollo”. Ese fue su último cumpleaños. Lo van a extrañar, porque: “no hay muerto malo”.

 

 

LA VIDA ES COMO LA ROSA

Jaime Lustgarten Steckerl ©

 

La vida es como la rosa, esplendorosa y bella, con su aroma que ilusiona, pero ¡ay!, a veces se nos olvida que la vida tiene sus cosas buenas y —como las rosas— también sus espinas.

 

 

PATRICIA ELENA ESCALANTE

Nació el 7 de diciembre de 1967 en la ciudad de Resistencia (Chaco), Argentina. Estudió bibliotecología en el Instituto terciario “San Fernando Rey”. Vive en la Ciudad de Barranqueras de esa misma provincia, donde trabaja como bibliotecaria en la BP24 “Martha Seibelt de Basterra”. Está incursionando en la creación literaria, que siempre fue su pasión.

Más de sus obras en Suplemento de Realidades y Ficciones Nº 95:

https://colaboraciones-literatura-y-algo-mas.blogspot.com/2022/09/

 

pato.escalante@hotmail.com

 

 

EL ANILLO

Patricia Elena Escalante ©

 

El viento frío del invierno le pegaba fuerte en la cara, sus pasos pesados se hundían en la arena, en su boca el gusto de la sal del mar inquieto. A su lado, su fiel amigo Yuko, su perro, que acompañaba a su amo en la tarea de rastrillar la playa en busca de pequeños tesoros que haya dejado la temporada de veraneo, pulseras, cadenitas o cualquier objeto extraviado por los turistas. Era su hobby rentable, ya que lo que encontraba se lo vendía al turco en su tienda de empeños. El año anterior encontró un reloj que colgaba de la rama de un arbusto, obtuvo para su comida, bebida y hasta unos huesos para Yuko por una semana.

Luis Cárdenas era un hombre solitario, antes vivía en la cuidad con su esposa y su hijo. Una trágica tarde al regreso de sus trabajos y del colegio del niño, sufrieron un accidente en el cual perecieron ambos, esto marcó a Lucho de por vida. Vendió su negocio de venta de calzados, su casa y se fue a vivir a un pueblo de la costa. Allí, desde muy temprano, emprende diariamente la caminata por la playa (ahora desolada) con su amigo. Por la tarde trabaja en una fábrica recicladora y vive allí mismo, en una casilla al fondo. No tiene lujos, solo una mesa, una silla, unos cajones que usa como estantes, su cama y la cucha de Yuko.

Esa mañana estaba particularmente fría, el día estaba nublado. Habían caminado varios kilómetros. Solo había encontrado una pulsera de plata que se le habría caído a alguna chica, la guardó en el bolsillo. Yuko ayudaba en la búsqueda. En un momento salió corriendo hacia unas dunas y unos arbustos, lo siguió, vio algo que asomaba en la arena. Yuko no dejaba de ladrar. ¡Era una mano humana!, llevaba en su dedo anular un hermoso anillo de oro con una piedra negra. Miró a todos lados, no había nadie. Pensó, pensó y pensó. ¿Avisaría a la policía de lo que encontró?, ¿y si le sacaba el anillo a la mano? Total, nadie lo vería hacer tal cosa, dejaría el cuerpo así como estaba, tal vez nunca lo encontraran. Al cabo de un largo rato decidió sacar el anillo, guardarlo unos días y llevárselo al turco que por este le daría bastante dinero. Intentó sacarlo, pero la mano estaba muy hinchada y en estado de descomposición, el olor era nauseabundo. Intentó varias veces sin poder lograrlo, revisó los bolsillos de su campera, tenía un cuchillo Tramontina que había encontrado más atrás.

Tomó la decisión. Lo iba a cortar.

Lo hizo rápido y de un solo corte. Yuko miraba como si no estuviera de acuerdo con lo que su amo estaba haciendo. Tomó el anillo, tiró el dedo cerca de la mano y se fueron del lugar corriendo. Estaban lejos de casa, debían alejarse del lugar lo más rápido que pudieran. Luis cayó de rodillas en la arena y vomitó. Olió sus manos, el olor era muy fuerte. Caminaron hacia la orilla y lavó sus manos, también el anillo.

Pasaron los días, Luis se lavaba las manos compulsivamente, sentía aún aquel horrible olor. Sería su cabeza, pensaba.

Hoy llevaría el anillo al turco, ya no tenía nada para comer, ni un hueso para Yuko.

Antes de entrar a la tienda, volvió a oler sus manos, lo hacía todo el tiempo. El crujir de la puerta vieja de hierro avisaba al turco que había un cliente. Este bajo de unas escaleras y saludó a Luis. –Hola Lucho, ¿qué te trae hoy por acá? ¿Has encontrado algo que valga la pena? Sonrió apenas y sacó el anillo envuelto en un viejo pañuelo celeste.

—¡Oh, esto sí que vale la pena!, es un hermoso anillo, amigo. Parece que hoy vamos a dormir contentos los dos—, bromeó el turco. Sacó una caja de abajo del mostrador y empezó a contar varios billetes. –Tomá, Lucho, acá tenés, ojalá siempre te vaya como hoy. Comprate un vino y disfruta tu hallazgo.

Al otro día, ya lucía el anillo sobre un almohadoncillo de terciopelo negro en la vidriera del local de empeños del turco.

Luis no veía televisión ni leía los diarios. Desde el accidente no quería enterarse de las noticias, menos si estas eran malas porque todo le hacía volver a recordar aquél trágico día en que perdió a su familia. Es por eso que no sabía que en el pueblo de al lado había una chica desparecida hace ya veinte días y que padres, familiares y amigos, desesperados la buscaban por cielo y tierra. Un día, esperando que lo atendieran en la carnicería, escuchó hablar del tema a dos vecinas. Se le heló la sangre de solo pensar que la chica que buscaban podría estar enterrada en la arena en aquella alejada playa y que encima era la hija del comisario del pueblo. Estaba espantado, salió de la carnicería sin ser atendido y se fue directo a su casa oliendo sus manos como siempre.

Un grupo de mujeres, encabezado por la madre de Ludmila Soria, la chica de quince años que estaba siendo intensamente buscada, hija del comisario Carlos Soria, llegó al pueblo en dos camionetas trayendo pancartas y volantes con la foto de la chica, extendiendo así su búsqueda por los pueblos aledaños.

La desesperada madre, preguntaba a todas las personas a su paso si no habían visto a su hija y les enseñaba una foto reciente de ella, tal vez la última que le habían tomado. La mujer, de repente mira hacia la vidriera del turco y cae desplomada. Había visto exhibido el anillo que con su esposo le habían regalado a Ludmila cuando cumplió quince años. Una vez repuesta, llamó a su marido y le contó lo sucedido. Este, acompañado por tres agentes, llegó en minutos. Absorto, miró también la joya que él mismo había elegido para su niña.

De un empujón abrió la puerta de la tienda y con sus manos gigantes dio un golpe seco sobre la vitrina del mostrador que tembló con todo lo que exhibía.

—¿De dónde sacaste ese anillo con la piedra negra, turco? ¡Decímelo ya!

—Lucho me lo vendió, comisario, lo encontró en la playa —luego le indicó dónde quedaba la fábrica en la que Luis tenía su casita y hacia allá se fueron.

Irrumpieron en el lugar los cuatro uniformados y de una patada Soria tiró la puerta abajo. Yuko ladraba sin parar. Mientras el comisario interrogaba a Luis, que lloraba y decía que él no la mató, que él encontró el anillo en la playa, los otros policías revisaban la casilla. Uno de ellos, los interrumpió diciendo —Jefe, venga a ver esto, encontramos algo—, Soria caminó hasta la otra habitación y ahí, en la cucha de Yuko, había un dedo humano ennegrecido y maloliente, era el dedo de Ludmila. Y al lado estaba parte de su ropa interior. A Yuko también le gustaba traer a su cucha pequeños “tesoros” que encontraba en la playa cuando Luis estaba trabajando en la fábrica.

Luis confesó lo que había hecho, cortar el dedo y robar el anillo, pero con las pruebas encontradas en su casa, fue suficiente para condenarlo por violación seguida de muerte, un crimen que no cometió.

Yuko, vive con los Soria desde entonces. La familia cree que él fue de mucha ayuda para dar con el asesino. Tiene una cucha cómoda adentro de la casa al lado de la chimenea. Pero Yuko, no es feliz. Cada mañana extraña salir con Luis a buscar tesoros enterrados en la playa.

 

 

ELÍAS DOMINGO GALATI

Nacido el 5 de marzo de 1938 en Buenos Aires. Abogado por la Universidad de Buenos Aires. Técnico en Computación. Docente de la Cátedra de Ciencias Biológicas de la UBA. Docente de la Universidad Tecnológica Nacional. Profesor en Escuelas Secundarias de la provincia de Buenos Aires. Dicta cursos de Computación Avanzada en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Miembro de la SADE y del grupo literario The Cove/Rincón de Miami USA. Incorporado a la base de datos de la Universidad Autónoma de Madrid y la Asociación Prometeo de Poesía. Miembro de la WAAC y de la IFLAC, participó del 25º Congreso Mundial de Poetas de Los Ángeles 2005 y el 28º Congreso en Acapulco 2008 y del Congreso de la IFLAC, 2005. Embajador Mundial de la Paz (Ambassadeurs Universal de la Paix – Ginebra). Participó en el Concurso del grupo Cl amor de la Sociedad Argentina de Escritores, Poesía Ilustrada diciembre 1997. Columnista de Radio Miami, Estados Unidos.

Ganador de I Bizz Awards 2005, 2006 / 2007 y 2008 con su equipo de Investigación “Estrés y comportamiento” en el rubro Investigación para la Educación de la Word Confederation of Business of Houston. Ganador del premio Empresa Argentina de la Latin American Quality Institute de Panamá 2008, y Empresa Internacional Viña del Mar 2008. Tercer Premio en poesía en español del Congreso Mundial de Poetas de Los Ángeles 2005. Primer premio en Poesía de Pegaso Ediciones en 2003 y Segundo Premio en Narrativa de Raíz Alternativa.

Ha pronunciado conferencias en la FIU (Universidad Interamericana de Florida USA) y en los Congresos Internacionales de Educación Artística de Córdoba Argentina 2003 /04.

Investiga el estrés en el comportamiento animal en colaboración con la Universidad Nacional de la Patagonia. Nominado al premio a la Calidad Educativa por el Consejo Iberoamericano para la Excelencia Educativa de Lima, Perú.

 

Obras

Ensayos: “El Destino Metafísico”, “Qué es la Psicología”, “La Mujer”, “El yo penitenciario”, “La estructura de la cultura en la sociedad”, “Medidas Alternativas a la cárcel”, “La Psicología del perdón”, “La Violencia”, “Proyectos de Investigación del Estrés y Comportamiento, diseños para escuelas”, “El desafío de la palabra” y otras obras.

Poesía: “Cuaderno de Po”, “Ninfas y diosas”, “Saber que no has de saber”, “Amor y Paz”.

Cuentos: “Contar la realidad como ficción”.

wolfie@speedy.com.ar

 

 

LA BANALIZACION DE LA PALABRA

Elías Domingo Galati ©

 

La palabra según Saussure es la manifestación lingüística del individuo.

Es el acto individual de voluntad e inteligencia mediante el cual la persona utiliza el código de la lengua para expresar su pensamiento individual y el mecanismo psicológico que le permite exteriorizarlo.

Puede ser un hecho singular o un significado. Hecho singular como signo (token) o significado como tipo (type).

Es decir, es un signo y un símbolo.

Un signo oral o escrito y un símbolo que representa el objeto, la persona, la idea o la reflexión que impone el hablante o escribiente.

Banal es aquello insustancial o trivial, que surge de la incapacidad de pensar profundamente.

Hannah Arendt expreso “la banalidad del mal”, como la actitud de algunos individuos que actúan dentro de las reglas del sistema al que pertenecen sin reflexionar sobre sus actos.

No se preocupan por las consecuencias de los actos, sólo por el cumplimiento de las órdenes.

Es gente que carece del hábito de pensar y que alega buenas intenciones.

Transportado a la palabra es la actitud de la expresión sin reflexión.

En concreto, decir porque se ordena o se impone decir, porque está bien decir, o porque es la moda o lo común decir. En igual sentido con la escritura.

La expresión no ha tenido análisis, tampoco convicción, muchas veces ni siquiera sabe porque la expresa ni si es pertinente que la exprese, si es el momento o el lugar para dicha expresión.

Es posible que, en la existencia diaria, haya circunstancias en las cuales las palabras no expresen más que actos ceremoniales, como saludos, agradecimientos, deseos, sin consecuencias.

Es posible también que en muchos casos la conversación sea insustancial, de compromiso, o de pasatiempo.

Pero dicho hábito se generaliza, y aún en circunstancias o hechos en el que es necesario tomar una decisión, sentar una opinión o aclarar una idea, se vuelva a expresar de la misma manera.

Entonces la palabra se banaliza.

Todo es lo mismo, es igual, y basta decir, cualquier palabra, la que sea, pertinente o no, en cualquier lugar y en cualquier momento.

Si hay algo que el hombre no tiene muy claro, es la pertinencia; suele ser impertinente demasiadas veces, entendiendo la impertinencia como lo no pertinente, lo que no corresponde al lugar o al momento, o a la situación.

Lo vemos en la vida de relación, en los medios periodísticos y hasta en los ámbitos educativos.

Se pregunta por ejemplo de economía a todo el mundo, sean o no economistas, de cuestiones técnicas, filosóficas y científicas, como si todos tuvieran el conocimiento y la responsabilidad de saberlas.

Se ha hecho tan común, que todos contestan como si nada, y aunque parezca que lo son, en realidad no son expertos en la materia, por lo que la palabra tanto la pregunta como la respuesta es banal.

No nos conduce a nada, es pasatista, insustancial.

Con las peores consecuencias, porque después con las respuestas se arman encuestan con resultados, que son tenidos por válidos y usados para proyecciones, desarrollos y hasta para contenidos sociales, políticos, económicos y culturales.

Algunos llegan a ser modelo de comportamiento, o de acción; es decir como se debería proceder socialmente.

No hablamos de las encuestas sobre lo que prefiere o desea la gente, en las que la palabra  tanto la pregunta como la respuesta es válida, sino en aquellas que en un tema específico, que debería tratarse por especialistas, se extiende a todos sin excepción.

Porque la banalización se amplía en magnitud cuando se desconoce, o no se comprende debidamente el significado de lo que se expresa.

Esta forma cultural de la sociedad lleva a que las palabras ya no expresen su significado real, o que expresen tantos significados que escapan a una comprensión unívoca.

Pongamos un ejemplo común, que significa “traición”; hace 50 años teníamos claro que significaba y como se traicionaba.

Miremos a nuestro alrededor en todos los ámbitos, familiares, amistades, políticos, económicos, de toda índole.

Hoy quizá las mismas circunstancias no tienen dicha connotación, hay momentos en los que podemos entender que no es traición, sino que del otro lado me dieron más, o me conviene más.

La palabra es única, cuando surge del corazón del hombre, y es fruto del amor, de la bondad, reflexiva y equilibrada, lo honra y lo engrandece.

Que nuestras palabras sean siempre el fruto de nuestra reflexión, dichas pertinentemente en el lugar y en el momento adecuados, y como consecuencia de nuestra convicción del respeto y dignidad que ellas deben tener para nuestros semejantes.

 

 

LA MADUREZ DE LAS IDEAS

Elías Domingo Galati ©

 

En una de sus acepciones madurez significa el buen juicio con que el hombre se gobierna.

En sentido figurado madurar es crecer en edad y juicio.

Un hombre maduro es prudente y juicioso.

En sentido psicológico la madurez es el estado de completo desarrollo y el proceso mediante el cual se lleva a la consecución del mismo; es llegar al estado de desarrollo completo, en especial de la vida mental y de la conducta.

Madurar es la culminación de un proceso, el cual ha seguido una trayectoria ascendente, se ha perfeccionado y tiende al grado óptimo.

Significa la comprensión que existe un mundo más amplio que nosotros, que somos parte de él, y que muchas veces se opone a nuestros deseos y apetencias, pero es también lograr el equilibrio para poder sortear las dificultades y vivir en paz y armonía con él y con los semejantes.

La idea es un proceso mental compuesto principalmente por imágenes, es la experiencia o pensamiento que no se debe directamente al estímulo sensorial y un proceso psicológico que tiene una función simbólica o representativa directa.

En realidad, cualquier experiencia cognoscitiva da lugar a la idea; es aquello que hace al hombre pensar para que de acuerdo a su individualidad y su personalidad genere un concepto simbólico, la idea.

Platón entendía la idea como los arquetipos objetivos, eternos o las leyes de las cosas naturales.

Desde la filosofía se la considera como cualquier objeto del conocimiento humano, o sea la representación en general.

Para los místicos la idea es la palabra interior, o sea las formas o razones inmutables de las cosas, que son eternas, que se representan como imágenes en el interior del ser.

Nuestras ideas evolucionan; son parte de nosotros y comparten nuestra vida; la evolución es tanto cronológica como existencial.

Podemos categorizar a nuestras ideas, como infantiles, adolescentes y maduras, aunque no siempre condicen con la edad, ni con la cronología de nuestra vida.

El pensamiento es una de las aptitudes características del hombre, y parte de su diferenciación con el resto de las especies.

Pensar es formar ideas y representaciones de la realidad en la mente relacionando ambas y es considerar con atención y detenidamente un asunto, para comprenderlo bien y formarse una opinión sobre él y tomar una decisión.

El pensamiento lleva a la idea y la idea lleva a la acción.

Hay un primer pensamiento elemental que es la realidad, la vinculación personal con las cosas, es la etapa infantil de las ideas, consiste en la información, tomamos nota de aquello que nos estimula o nos inquieta.

A ese pensamiento sigue una segunda etapa una especie de pensamiento adolescente en el cual la idea es elaborada, asumida y tamizada en nuestra mente de acuerdo a nuestro carácter y a nuestra personalidad.

Comienza a formarse una idea de la realidad, personal, única, que nos pertenece y a la que adherimos.

Por último existe la etapa del pensamiento maduro, en el cual la idea es comprendida, etapa en la que entendemos la realidad, la valoramos y obramos en consecuencia.

Esta etapa de madurez nos da la posibilidad de hacer un juicio de valor, de juzgar si aquello que vemos o hacemos, es correcto o incorrecto, si debemos aceptarlo o cambiarlo, y nos permitirá generar virtudes, desde nuestro interior que nos llevarán a un mejor camino existencial.

Este ejercicio nos lleva a la bondad, a la templanza, a la fortaleza y al equilibrio.

Permite que tengamos claro quien somos, nuestro lugar y las relaciones que nos compiten.

La madurez de las ideas se refleja en el comportamiento, en una conducta adecuada, en un ser que tiene claro y sabe qué es su deber, como es su hacer y como relacionarse con los demás y con el mundo.

No solo entenderá la existencia desde la verdad, la libertad, la paz y la justicia, sino que también será ejemplo y modelo para los demás y para las generaciones futuras.

La facultad de pensar es un don, entender un pensamiento justo y concebir ideas adecuadas y correctas es una responsabilidad de cada uno que surge de la libertad y de la voluntad de hacer lo que se debe hacer.

 

 

ADRIÁN COLLADO BASCUÑANA

(Barcelona, España) Formado en el Bachillerato Humanístico, se licenció en Historia en la Universidad de Barcelona (UB) en 2012.

En bachiller, pudo entrar en contacto con obras que le causaron impacto. Autores como Vázquez Montalbán, con su libro Los mares del Sur, otros libros como Réquiem por un campesino español, de Ramón J. Sender, así como la lectura de capítulos concretos de Don Quijote en literatura castellana.

En literatura catalana pudo contactar con obras como K.L.Reich, de Joaquim Amat Piniella.

En cuanto a poesía leyó a Joan Brossa. Y en literatura castellana, encontró los versos de los poetas de las generaciones del '98 y del '27, de entre los cuales se queda sin duda con Antonio Machado y Luis Cernuda.

Ya en su siguiente etapa de formación académica en la UB, tuvo la ocasión de conocer a Lluís, tres años mayor que él, que había empezado Filología Hispánica y sabe mucho de libros. Gracias a él, empezó la senda de la escritura. Recuerda perfectamente aquella conversación en que le preguntó qué libros leía y él le contestó libros de Vázquez Montalbán.

El primer libro que le dejó su amigo fue On the road, de J.Kerouac (su favorito). Aquella obra le cambió por dentro y sembró en él el hambre de escribir.

En cuánto a preferencias literarias, se decanta por la literatura norteamericana, con autores como el citado Kerouac, Allen Ginsberg, William Carlos Williams y David Foster Wallace.

A nivel internacional (al margen de Estados Unidos), también le gustan Charles Bukowski, Haruki y Ryu, Murakami, Herman Hesse, Houllebecq, Sábato, Borges y Pizarnik.

Su andadura como escritor comienza en el Bachillerato Humanístico, haciendo unas prácticas en el diario Línia Sants de Barcelona, donde estuvo tres meses escribiendo artículos y entrevistas. A posteriori, colaboró con otro diario de barrio, La Marina de la Zona Franca, en el que escribió un par de artículos.

Así empezó su periplo como relatista, ya que después de leer En el camino, participó en el concurso Relats Curts, del Transporte Metropolitano de Barcelona. Y a partir de ahí hizo una evolución hacia la poesía, gracias a Alfonso, que le animó a abrir un blog literario, antes de que existiesen las redes sociales, blog donde inició su trayectoria como poeta, publicando asiduamente y experimentando diversas variantes, tanto de forma como de contenido.

Posteriormente, hizo un taller de poesía, en el Palau Alòs (barrio de la Ribera), que le dio la oportunidad de recitar ante público por primera vez.

La aparición de Facebook y posteriormente Instagram, le permitió llegar a un nuevo público.

Y a partir de conocer a Dani, que lee mucho, subió un poema en su antigua web de contracultura, We are noise. También gracias a él, cantante de Keep Out y The Málchico, conoció a Pepelu, frontman de Dexist y de Last Transmission. Juntos formaron Musarañas Cultura Transversal, y así hasta el inicio de la pandemia, organizaron conciertos, recitales y sesiones de Techno y DJ, por Barcelona y extrarradio.

Paralelamente, cofundó, junto con Adrià Cunillera, Urban Poetry Sessions, que como su nombre indica, organiza recitales de poesía en la calle, donde puede recitar quien quiera.

Ambos proyectos le implicaron y le inspiraron, ya que le permitieron compartir su obra con personas con sensibilidad artística, que también crean contenido. Lo cual le dio un feedback positivo y le motivó a seguir escribiendo.

Así se encuentra con 34 años, con su primera obra recién publicada, cuyo título es Observaciones, trazos, pedazos, un compendio de poemas entre (2015-2020), la etapa desde que conozco a estas maravillosas personas, hasta que cumplo los 30 años. Esta primera etapa es de poesía más urbana, con influencias de Bukowski predominantemente.

En esta etapa su obra adquiere además toques más personales, alcanza la psicodelia y cierta lírica lisérgica, aprendiendo cada vez más herramientas como son la rima, combinándolo con fotos echas por él mismo, sin perder el toque urbano y con la influencia de la música que escucha.

Actualmente sigue escribiendo poesía con la idea futura de publicar un libro que tiene en preparación.

Su inspiración bebe de la realidad, de la observación de lo cotidiano, del ejercicio práctico de la escritura a través de la contemplación

adriancb1988@gmail.com

 

 

Algunos poemas del libro Observaciones, trazos y pedazos de Adrián Collado Bascuñana ©:

 

XV

 

Café soluble para uno

John Coltrane me acompaña

Un pájaro azul sobrevuela la plaza,

el sol rebordea el filo de la ventana,

los viejos se sientan en los bancos

Café soluble para uno,

la mesa desordenada,

y yo me acompaño de jazz y café

Café soluble para uno

o

para muchos,

las dosis son ajustables según

el ansia de cafeína que tenga

en este preciso instante,

Café soluble

El sol del frio invierno

me invita a despertarme y yo me niego

Una taza tímida,

dos cucharas de café soluble marca Día,

dos dosis de sacarina comprada en el paqui,

Una taza

y

un orgasmo en forma de solo de saxo,

café con John,

sírvanse ustedes mismos

 

 

XVI

 

Puedes nacer un día,

es decir, tener la sensación de haber muerto

Puedes reproducir tu sombra,

y dar mil pasos sobre

esta ciudad fantasma

Puedes alzarte al vuelo

con otras palomas,

menos sucias que tú

y aún así te creerás mejor

Puedes tener un trabajo,

un piso, una novia, e intentar creer,

que por algo, vuelas a niveles súper sónicos

Puedes lucrarte del silbido de un pajarillo,

meterte coca o algo parecido

Y seguir teniendo la sensación de que eres mejor,

Mal intento amigo...

 

 

LXVI

 

Macarrones con queso,

en un piso okupado,

Un cigarro solitario

y pocos desconocidos,

Paisaje neo urbano,

de cemento y pobreza,

Pobreza a la desazón,

de la lírica del barrio,

Independencia muerta de recuerdos,

de días de lluvia y vestimenta,

Cuando la plaza fue poblada,

síntomas de palomas que gorgotean la libertad,

de hojas y niños,

de terrazas desaliñadas,

y madres aletargadas,

por la composición de la sintonía,

Carteles y bicicletas atadas,

Amaneceres de locura,

Gentrificación interior

y cemento perenne

 

 

LXX

 

Aislamiento,

como monumento,

al miedo desbocado,

al verso dislocado,

De la paciencia,

ansiada libertad,

como utopía,

como quiera,

Donde quiera que queda,

La figura del verso roto

Mas no pienso,

no lo cojo,

Las persianas reventadas,

los rayos entrando,

Hoy sopa con caracolas,

Hoy encierro,

me levanto y un cigarro,

Y dosis de tv,

de auto fagocitarme,

Un día más,

de pisar racholas,

lejos han quedado,

hace cuántos días,

De pisar gris,

de objetar en pareados,

de amar en los abrazos,

Han quedado lejos los días,

de sensaciones,

de emociones,

de besos y abrazos,

De cantinas,

de locura en las plazas,

de terrazas,

de locura auto completada,

De la revolución soñada,

dónde quedaron,

las fantasías,

y las horas no elegidas,

Dime dónde se van los ejércitos,

cuando mis lágrimas se secan,

Y los versos se escriben solos,

¿Crees que los militares también escriben poesía?

 

 

ANA ROMANO

Nació el 1º de febrero de 1944 en la capital de la provincia de Córdoba, Argentina, y reside desde la infancia en la ciudad de Buenos Aires. Poemas suyos han sido traducidos al portugués, italiano, francés, húngaro y catalán. Profesora de francés, tradujo a dicho idioma el volumen Breve anthologie de Luis Raúl Calvo (París, Ediciones L`Harmattan, 2012), el poemario Behering y otros poemas de Luis Benitez, así como textos del libro Tomavistas de Rolando Revagliatti (difundidos en la red).

Poemarios publicados: De los insolentes fantasmas (Ediciones Vela al Viento, 2010), Expiación del antifaz (Ediciones La Luna Que, 2014), y Zumbido de guirnaldas (Ediciones La Luna Que, 2016).

Más de sus obras en los números 28, 83, 93 y 95 del Suplemento de Realidades y Ficciones (ver ÍNDICE DE SUPLEMENTOS), o por su apellido en ÍNDICE DE AUTORES, en http://colaboraciones-literatura-y-algo-mas.blogspot.com/).

 

romano.ana2010@gmail.com

 

 

EN EL HASTÍO

Ana Romano ©

 

Calados los huesos por el hastío

sujetan ese cuerpo

que clama enmudecido

Creencias que se deslizan

aguijonean oscuridades

que se acomodan en los cajones

Los recuerdos descubren

a la mujer que flaquea.

 

 

ENGATUSADO DÍA

Ana Romano ©

 

Acallan

los cuerpos desiertos

La llovizna

quema las voces

El domingo

cosecha los caprichos

y en las paredes

languidecen las súplicas

 

Mientras los gusanos

cierran el ciclo

un piolín

anuda la caída.

 

 

HOGUERA

Ana Romano ©

 

Enroscados

temores

engendra

 

El infierno

pulsa

la plegaria

 

Sucumbe

la hoguera de la abstinencia.

 

 

VOLATINERO

Ana Romano ©

 

Piratas

enturbian begonias

Trompetas lujuriosas

destronan zarzamoras

y las afiebradas palomas

merodean el plenilunio

El titiritero

hurguetea en el tinglado

mientras los ojos sepia

ojean la mandolina.

 

 

 

SUPLEMENTO DE REALIDADES Y FICCIONES

Nº 97 – Marzo de 2023 – Año XIV

ISSN 2250-5385 – Edición trimestral

EX-2022-110599445- -APN-DNDA#MJ del 18/10/2022, incorporado a RL-2018-52427183-APN-DNDA#MJ, Dirección Nacional del Derecho de Autor / República Argentina

 

Propietario y director: Héctor Zabala

Av. Del Libertador 6039 (C1428ARD)

Ciudad de Buenos Aires, Argentina

zab_he@hotmail.com

http://hector-zabala.blogspot.com/

Currículo en revista Realidades y Ficciones Nº 40:

https://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com/2019/12/realidades-y-ficciones-revista.html

 

 

Colaboradores

 

Corrección general:

Noelia Natalia Barchuk Löwer

Resistencia (Chaco), Argentina

alfana79@hotmail.com

http://noelia-barchuk-literatura.blogspot.com.ar/

Currículo en Suplemento de Realidades y Ficciones Nº 88:

https://colaboraciones-literatura-y-algo-mas.blogspot.com/2020/12/suplemento-derealidades-y-ficciones-n.html

 

 

Ilustración de carátula y emblema:

Mónica Villarreal

Scottsdale (Arizona), Estados Unidos

Monterrey (Nuevo León), México

monvillarreal@hotmail.com

 @mon_villarreal

https://www.facebook.com/monvillarreal22

Currículo en revista Realidades y Ficciones Nº 17:

http://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com.ar/2014/06/

 

El listado completo de colaboraciones al Suplemento de REALIDADES Y FICCIONES se encuentra a la derecha del blog bajo el acápite ÍNDICE DE AUTORES.

 

REVISTA: http://revista-realidades-y-ficciones.blogspot.com/

 @RyFRevLiteraria

 

SUPLEMENTO: http://colaboraciones-literatura-y-algo-mas.blogspot.com/

 @RyF_Supl_Letras

 

Las opiniones vertidas en los artículos de esta publicación son de exclusiva responsabilidad del autor pertinente.


“Realidades y Ficciones”
Mónica Villarreal (2014)
acrílico y óleo sobre
papel-lienzo, 30 cm x 30 cm

 

 

1 comentario:

  1. Gracias Héctor por la publicación. Me alegra y también que siga la poesía ayudándonos a sobrevivir, en medio de este caos. Mi salud está mejor y con la lectura de la publicación, es el complemento de mi medicación. Suerte y adelante

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